lunes, 29 de octubre de 2012

Regalo para deprimidos

 

Estos dos libritos me persiguen desde hace un tiempo. Hace más de un año me los encontré en una librería de Bruselas. Agotado el capital para la compra de impresa los dejamos en la estantería.

Volvieron aparecer este verano en otra librería en el puerto de La Rochelle. Como no es lectura para el viaje volvimos a dejarlos para otra ocasión.

Esta parecía ser la buena, hace un par de semanas en París. Sonriendo en todas las mesas de las repletas librerías. Pues no. Puestos a economizar gastos, que el ahorro lo invade todo, me senté a leer detenidamente los tomos.

Bromas aparte y la distancia en que se escribió, esta literatura de las buenas costumbres esta dirigida a gente profundamente deprimida. Esos tipos y tipas que siguen manteniendo que el mundo es como se lo enseñan. Los que se maman a golpe del National Geografic, los suplementos de la hoja parroquial de Cebrián, las eyaculaciones escritas de sus amigos, las poesías para inviernos nevados sin blanco, el revolucionario escritor de banderas múltiples y bolsa bien llena.

Todo un mundo. El de los manuales para formación del espíritu nacional para indulgentes mentales de izquierda y perro flautas. Que no crea que la enfermedad sea solo francesa. Como estos, incluso el mismo, traducidos, a cientos por las mesas de las librerías del Corte Ingles oiga. Para nenas brillantes y hombres geniales. Diferencias hay.

Los otros europeos



Primero llegaron los búlgaros y los yugo’s. Los primeros al asalto. Los segundos asaltados. Los polacos esta vez decidieron no pasar de la línea Verdun. No fuera a ser que los volvieran a masacrar. Los albaneses fueron directamente al grano. Asaltando todo lo que quedaba por tocar. Para acabar la faena haciendo culto de su fama de perdedores los rumanos, que llevaron los palos de todos.

Hoy se han vuelto a casa, se pudren en las cárceles, se han asentado. Son substituidos por los que el mundo llama rusos aunque son de muchos patrias. No, los ricos no. Esos también los hay, pero no se dejan ver con ningún instrumento bajo los soportales. Los apoderados del rublo y sus muñecas han desplazado a los árabes de las tiendas de lujo e intentar no dejarse ver en publico no vaya a ser que alguna mala bala se los lleve por delante. Me refiero al resto, Las tribus proletarias que bajan hasta la otra Europa, la del bien estar y el capital, vendiendo lo que mejor saben: sus canticos de melancolía y victoria triunfal de un pueblo que también fue expoliado por el capital.

Solo queda como letra revolucionaria aquello que explica que para avanzar hay que ir a la escuela. Pero a eso, ¡ni siendo remero del Volga se le puede poner música!

martes, 23 de octubre de 2012

Praia de Augas Santas


Hay países que solo existen en la imaginación popular. Son los territorios invertebrados. Poblados por tribus que  se ignoran cuando no se atizan. Esos territorios son espoliados hasta el alma. Ni los nombres les dejan sanos. Galicia es un territorio de tribus espoliadas. Si lo duda vaya usted al norte. Por Ribadeo. Tierra que limita mar por medio con Inglaterra. Allí, en la Praia de Augas Santas, los imperialistas culturales se empeñan en ver catedrales góticas. Tan famoso han convertido el paraje que, dicen, es el lugar mas visitado de Galicia después de las plazas de Compostela capital.

Lo de los turistas es un incordio. Lo del nombre es un ultraje. Van estos mentecatos que solo tienen como referencia intelectual las historias mentirosas e interesadas de los vencedores, y rebautizan a golpe de folleto: La playa de las catedrales. Fíjense bien. No una si no unas cuantas. Montón, feixe, lo que usted quiera. No piense que es gramática barata, ni casualidad programada. Es esencia de país: miles de rotondas, aeropuertos, universidades, chiringuitos, diputaciones, monumentos... Ni una biblioteca seria ni un museo con colección, pero ya sabe usted que si quiere ir de pensante tendrá que bajarlo ilegal de internet que aquí todo somos muy libres.

Pues nada, que ya tenemos más catedrales que obispos, faltaría más. Si va, que se debe ir, busque un día de temporal, a una hora poco cristiana, infórmese bien de las mareas, y si le cuadra y esta la marea baja, acuérdese que el nombre es Augas Santas. Allí, solo o con su adherente, entre la música de las olas y el cantar de las gaviotas, contemple como el contundente golpeteo del mar sobre las piedras ha construido un paraje feroz, sanguinario, de una belleza profunda cuando el sol se pone.

Ni catedral, ni goticismo, ni leches. Un territorio salvaje, en un país salvaje, habitado por tribus salvajes, que se autodestruyen como manda la naturaleza: la santidad del cambio perpetuo. Por mucho parking y caseta de turismo que le hayan puesto

lunes, 22 de octubre de 2012

La mia es la mas larga

 

Ahora que los caudillos de las tribus bárbaras de mi tierra andan a discutir quien la tiene mas lo que sea - mas grande, mas corta, mas vende patrias, mas pura, mas nacionalista, mas españolista, mas traidora, mas tirada, mas … siempre mas, nunca menos- me di de bruces con esta foto que hice hace unos días en Paris. Obsérvenla. Esta tomada desde una de las entradas a las Tullerias. Ese parque en lo que fue alguna vez los jardines del Palacio donde vivió Napoleón. Lugar para descanso y paseo de burgueses entre el Louvre y la plaza de la Concordia, hoy asolado por otros barbaros del oeste europeo que arrastran su miserable pobreza arramplando los  bolsos de señoras despistadas.

Esa foto solo podría hacerla usted en el sur de Europa. El empalme exhibicionista de tanta torre sin uso útil como no sea la exposición de acumulo de poder, perdón,  testosterona. La pregunta del millón es : Dónde andan las hembras metidas? No podría contestarles. Confieso que después de haber tratado mas de lo recomendable con hembras provenientes de los pueblos de la ex-Yugoslavia, empecé a dudar que las mujeres sean elemento consistente en la defensa del sentido común y la no violencia. Aquellas hembras ultrajadas en su orgullo eran mas violentas que los machos heridos.

De todas formas, como tampoco tenemos otra solución, solo queda solicitar la contribución del sentido de nuestras mujeres para rebajar estos empalmes de testosterona. De lo contrario me temo que la cosa va a ponerse de angustia ya que no dejan de gritarse, y ¡tu mas! Siempre mas. Nunca menos. Nunca mejor

domingo, 21 de octubre de 2012

Los domingos no son para descansar

 
Por mucho que usted haya sido educado en las esencias cristianas los domingos no son para descansar.

Si usted tiene tiempo sobrado incluso puede ir a rezarle a sus dios –o diosa- particular. Se le admite un vino de mas, cinco cafés, dos periódicos, el suplemento dominical, un polvo mañanero, desayuno sin prisas, la formula uno en la tv, pintarse los labios o afeitarse las partes…

Vamos, lo que usted quiera menos descansar. La gran falacia de la derechona conservadora es que el cuerpo se recupera haciendo nada. De la nada nada se saca. Lo saben hasta los que no tienen muchas neuronas funcionantes. ¿Duda? ¿Cómo se siente usted en esas tardes de invierno en que se ha quedado apirolado delante de la televisión sin power ni para que se le exciten las hormonas?

Aproveche que todavía esta a tiempo. Haga lo que hace el resto de Europa: Lavar los dientes, ducha rápida y barata, camisa de descanso, café y hoja parroquial, contemplación del espectáculo del mundo.

Y hoy, si es usted galaico o vasco, no esta autorizado a poner sus posaderas en la silla si no ha acudido antes a botar, con b, con su voto, con v, a los que les maltratan. No tenga miedo que el vaso de vino, seguro, no escapa ni marcha.

Paris: La Place des Vosgues

 
 
El día que me jubile, con la pensión maravillosa que me van a pagar, me comprare un apartamento aquí, enfrente a uno de los muchos cafés, y a vivir hasta que la maquina se apague.

Perfecto sueño de noche de invierno. Para empezar por lo de la pensión. Que si llego a que me paguen algo será para no tener que andar revolviendo en los contenedores. Llámenme alarmista. Ya verán como se lo montan los padres de su patria los próximos meses.

Lo de comprar era si me tocase alguna primitiva, ya ni con el cupón llega. Aquí solo viven los ricos, los mangantes, y los violadores. Lo ultimo, para los que no leen Hola, por el follador francés expresidente del FMI; que mantiene en estos altos un adosado de mil tantos metros.

A lo que iba, como lugar es esplendido. En la inmensa plaza, bajos los soportales, alternan cafés, restaurantes de todo precio y calidad, galerías de arte. En horas punta un cuarteto mozartiano, arias de Wagner, la copia perfecta de Brel, o los cosacos del Volga milla mas arriba o abajo. Puede pasarse usted todo el día contemplando gratis los múltiples espectáculos. ¿Dónde dan tanto por tampoco precio? Mientras nuestros alcaldes reaccionarios persiguen a los trovadores de las calles del sur, al ritmo de pedir es indecencia. ¿A esos padres de la patria es a los que usted va a votar hoy? Comprenda, no, siga paseándose por los soportales de  des Vosges, aunque solo sea, hoy, con la imaginación.
 

sábado, 20 de octubre de 2012

St- Martin, o la informacíon interesada de las revistas de viaje

 

El titular es de rompe y rasga. Nada menos que donde Paris se relaja. ¡Buen provecho! Una vez más una de estas revistillas de viaje que se pusieron de moda en los años del pelotazo vuelven a mentir por pasiva. De algo hay que vivir, los intereses de los anunciantes, que las ventas no dan para tanto sueldo de directivo y tan poco de plumilla.

Si usted se fía de “El  Viajero” tendrá que coger el metro hasta el canal de Saint Martin. (Republica líneas 3,5,8,9,11) si anda por Paris. St- Martin apareció por primera vez como lugar de moda cuando uno de estos ingleses que escribe desde su casa lanzo el lugar en la última revisión de las guías rojas de Paris. San Martin no es más que un “barrio popular” donde algún espabilado pinto la fachada de su tienda con bote de pintura  irlandésa. Bares, tiendas baratas, chinos a todo cien, una librería de pocos libros… Poco hay que ver ya que como usted vera en las fotos del reportaje es más de lo mismo desde distintas perspectivas.

Interesante es el sistema de esclusas que antiguamente permitían la entrada de las gabarras que venían del norte, cargadas de carbón y textil en Paris. El largo canal subterráneo todavía se puede visitar navegando en una de las golondrinas de Canauxrama. El canal se ha convertido en lugar de juego para jóvenes y no tan jóvenes que en las tardes de sábado y mañanas de domingo compiten con sus veleros de juguetes.

Lo que si hay, a mazo, son manos interesadas en su bolso, su bolsa, su monedero. Esta usted avisado. Desde la plaza de la Republica entra usted en territorio comanche. Eso que los pijos escritores de guías llaman un barrio popular. Si l e entra la vena quiere ver como se lo hacen los franceses, váya a la Plaza de La Bastilla y sus alrededores. Es lo mismo y lo dejaran en paz.

 

viernes, 19 de octubre de 2012

Los candados del amor

 
Se han convertido en la plaga de los puentes turísticos. Para desesperación de alcaldes. En Florencia hasta te amenazan con llevarte a dormir al cagarron municipal si te pescan atándote al candado.

Es la nueva religión. Atar el candado al hierro y mientras le tocas a la pareja lo que puedas y te deje, tirar las llaves al rio. A las ninfas les priva. Es la ceremonia pública de matrimonio moderno. Prometer amor eterno hasta la vuelta de la esquina. La ilusión de la seguridad en un mundo cada vez más inseguro.

Definía Sthendal el enamoramiento como un estado de imbecilidad transitorio, en algunos, los sibaritas artistas de cultivarlo, pocos, muy pocos, de curso crónico. Sin cura posible hasta que el tiempo o la muerte lo diluya.

Pues ya sabe, y sin animo de homilía, si quiere cultivar el amor a su consorte, sobre todo no se ate, Cultívelo, el seguir juntos, crecer juntos, nutrirse juntos, abonarse recíprocamente, en libertad. Sin candados que matan y atan las manos. ¿Con que si no le va a tocar el culo?

martes, 16 de octubre de 2012

Los viajeros y la política

 
Sigo sin entender esos relatos de los viajantes que coleccionan destinos, fotos de monumentos y parajes mas o menos turísticos, exclamaciones de hermoso, maravilloso, guay, listados de horarios de aeropuertos, etc
Les agradezco algo a los que me cuentan sus exploraciones vinícolas y gastronómicas, aunque la experiencia demuestra que el cultivo del paladar es trabajo lento y como la revolución estalinista  interrumpido y por etapas.
Aplaudo a los que me dicen a donde no llegar ya que es decorado de plástico, evítese el viaje ya que la foto la hicieron el único día del año en que no hay niebla, no venga que el viento lo llevo.
Lo que en realidad me apasiona son los pocos que nos cuentan a donde van. Que ven. Como lo interpretan. Como se lo cuentan. Vamos, a los viajeros políticos.
Eso no. Me importa tres puñetas si usted es de derechas o de enfrente. Al menos es usted algo. Que no hay tipos más peligrosos que los indefinidos. Esos mentirosos que dicen no saber nada para ocultar siempre que son unos profundamente reaccionarios mayormente descerebrados.
A mi lo que me va es la gente gris. Como el color de la vida. Frente a la ilusión policrómica la realidad de la existencia humana es como la fotografía en blanco/ negro. Una tonalidad de grisees que se transforman en una imagen multicolor.
Eso, la teorización de la realidad, se manifiesta en este pasquín encontrado de refilón en la puerta de una tienda parisina. Por si aprendió idiomas en la escuela del frijolito y le faltan tablas: el gris le va bien a la gente que tiene la cabeza llena de colores.
 

lunes, 15 de octubre de 2012

La Europa de las librerias

 

Las librerías holandesas están vacías. Solo muestran  betsellers. A eficiencia no les gana nadie. Si pides un libro en dos días lo tienes.

Bélgica se divide antes que la dividan en tres partes. La flamenca practica el modelo holandés con retraso. Los walones están militantemente afrancesados. Los cuatro pueblos de las Ardenas que hablan alemán no tienen librerías.

En Alemania hay de todo. Traducido y a buen precio. En las noches largas de invierno se consumen las hojas de papel a toque de receta. Como pueblo serio cultiva la prosa, la romántica, y el ensayo. Allí las librerías de viejo están limpias.

Más allá de Francia, al sur, hay de todo. En las pequeñas ciudades nada. Aquí y allá hay joyas. Siempre mucho libro para tan poco espacio. Cuando es al revés hay papel impreso. De ese que no sirve para nada.

Lo de los ingleses es vicio. Juegan con ventaja. Insultan con ediciones americanas. Te dejan k.o. con los precios de los australianos.

Lo mejor, Francia. Las librerías están llenas. También subvencionadas. Los libros están bien editados. Hechos con amor. Ellos leen lo propio. Que siempre fueron muy suyos. Si, las modas las siguen. Pero las librerías siguen llenas de producto nacional. Lo que indica que hay producción intelectual. De bandera. No de miseria.

Venden cosas que por el sur ni el delirio imaginaria. Como muestra, al Sr. Mao. ¿Recuerda? No piense que lo saque de una librería perdida. En el centro de Paris, en la librería mas burguesa. Entre intelectuales, señoras de alto tacón, revolucionarios beiristas, niñas de las monjas, turistas sajones, la ninfa de las piernas de gacela, el arte del buen beber el vino como libro del dia… volveré. A comprar mas libros, of course

domingo, 14 de octubre de 2012

Anotaciones a “Hoy he votado BNG”


El 6 de octubre, sin ánimo de incordiar, escribí  un post con el intento de explicar una verdad de Perogrullo: lo más aproximado al paraíso existe ya en muchos países de Europa, en donde viven millones de habitantes. Sociedades construidas por tipos y hembras igual que nosotros. Si vivimos a años luz de ellos no se debe a desgracia divina ni influjo de las mareas. Se trata simplemente de usar el arma más potente que tenemos, el voto, con la cabeza, la racionalidad, el pensamiento. Votar, o no votar, simplemente por cabreo es lo mismo que martillarse los dedos.

Pues ni eso se puede. No se muy bien como, pero unas 1600 bajadas del texto se han realizado en una semana. Además de algunos comentarios en el blog he gozado de abundantes mails públicos y privados. Visto el éxito, y para no morirse del susto, permítanme unas impertinencias mas. Ustedes se las han ganado.

El país mejora. Solo dos me han insultado. El primero, un mentecato con medio neurotransmisor cerebral que solo usa a tiempo parcial. Después de llamarme imbécil, me escribió que Galicia ya era el paraíso bajo la tutela del señorito Feijoo y los años de cimentación profunda realizados por el Fraga. ¡Uno sin enterarse! ¡Que afrenta para la unidad de las tierras y hombres –de las mujeres no dice nada- de España! Lo ultimo sin recochineo. Sin que yo sepa muy bien a que venia, acabo escribiendo que como separatista que soy  era mejor que me quedara donde estaba.

El otro insultador fue breve. El votara al otro señorito de la patria, el Beiras. Solo un imbécil como yo no sabe que en este autobús se va directamente a la parada revolución. Les confieso que de la sorpresa inicial he pasado a la compresión absoluta. El héroe señorito no hace otra cosa en sus discursos: siempre hiriendo, siempre insultante, siempre apocalíptico. Como va a resolver los problemas de la vida cotidiana, esas miserias, todavía no lo hemos oído.

Una manchea de compatriotas me han dado las gracias – mayormente grazas-. De nada no les digo. Más bien de mucho. De las muchas ganas que me han quedado de seguir explicando que solo se llega a la hegemonía haciendo pedagogía y no levantando pancartas. Aunque también tengan que pasearlas.

Unos cuantos me han cultivado el ego por la escrita. De agradecimiento eterno hermanos. Que aunque uno no fue a convento de curas y las monjas lo expulsaron por rebelde, el uso cotidiano de varios idiomas me ha despertado el ritmo de la escritura.

Hubiera querido explicárselo personalmente al lusista que me desautorizo simplemente: escrito en español. Ya saben, ¡van jodidos! Toda palabra en el idioma del imperio es contagiosa. Tapen los ojos, pongan cera en las orejas. El pronto me salió defensivo: a mí, que me dieron de golpes en la escuela por decir chan y no suelo. A mí, que me represalio el franquismo por organizar las primeras clases de gallego que se dieron en la facultad de medicina de la universidad compostelana. A mi, que he publicado artículos científicos en gallego, que escribo todos los días en diferentes soportes en esa lengua, que hablo varios idiomas además del propio…a mi me entro el pasmo de no comprender como alguien no entiende que un blog escrito en español publica en español.

A mi me entro la risa con los cuatro y medio –el ultimo duda después de la disputa- camaradas que me afearon que mi problema, simplemente, es que no me entero. ¡Neno non te enteras! El educado y honrado lo achaca a tu condición de emigrante y te explica su versión de los hechos. El resto va al grano: vuelve y mira. Lamento comunicarles que no vuelvo ni loco. Lo que ustedes piden es un imposible. No se puede volver a donde nunca te has ido. Lamento ademas informarles que yo, como muchos emigrantes letrados, leídos e interesados, tenemos un conocimiento mucho más elevado de su realidad que el propio.

No es una barbaridad. Yo trabajo en los Paises Bajos. Pateo Europa, que es mi casa. Igual que usted va de Coruña a Compostela yo voy a desayunar en Amberes, como en Bruselas y voy al teatro en Paris, a donde llego antes desde mi casa que usted de Coruña a Vigo. A Madrid no vamos, pero a Barcelona cada dos días. Las operas en Viena. El teatro en Berlín. Ya puestos a mirar libros, léalo aquí, la feria de Frankfurt. Usted presume de palpar lo que yo no puedo: el latir de la calle. ¿Qué calle? La calle en las sociedades modernas ya no existe. En la época digital las rúas ya no son el motor de la vida. Tan solo el escenario donde se representa el teatro. Los guiones se escriben en los consejos de administración de los bancos, el despacho del director de la voz infame, los juzgados de los amigos. Ya no hay guionistas en la calle, en las iglesias, en los cuarteles, en las reboticas,  en los casinos. Los contradiscursos se escriben en línea. De la vietnamita pasquinera al blog provocador. Del boca boca al twitter. Por eso amigos, aunque les pese, estoy ahí, estamos ahí, aunque no nos vea. Dando guerra. Hoxe votando BNG

 

 

La literatura infantil en la Feria Internacional del Libro de Frankfurt


 
 
 
 
Sábado grande para los niños y no tan niños alemanes que acuden a la Frankfurter Buchmesse. Es el día que toca disfrazarse para recrear algunos de tus personajes favoritos de la literatura. No crea que es fácil. Los germánicos son un pueblo preciso. Y el disfrazar, como la vida, debe ser por el camino de la perfección. Autenticas joyas individuales y en grupo que animan la feria de Frankfurt, mientras beber un vaso de buen vino es un imposible entre tanta rubia cerveza

La feria de los libreros en Frankfurt

 
 
 
 

Es uno de los espectáculos europeos que alguna vez en la vida hay que ver. Vamos, como ir a San Andrés de Teixido. Aunque a usted allí no se le haya perdido nada. En la Buchmesse  ni tan siquiera se pueden comprar libros. Excepto hoy, el último día en la que las editoriales se desprenden del papel. Que los costes de llevarlos de vuelta a casa se han puesto por las nubes...

¿Que hay por allí? Antes se podía ver y tocar los libros editados en medio mundo. Empiezan a escasear. Últimamente muchos  se exhiben en soporte digital. Incluso los que jamás se han editado en ese medio. Entre carrear quilos de papel y hacer un montaje audiovisual, empieza a primar lo segundo. Con el desapruebo del publico. Que quiere tocar, oler, hojear.

Claro que los editores ni se inmutan. Ellos van a su negocio. Comprar y vender los derechos de los escribas. Hacerse con el betseller soñado que te haga rico. Aunque con los libros, la mayoría  poco  gana. Encorbatados los alemanes, impecables los italianos, prácticos los yanquis, de cuadros los ingleses…allí están a lo suyo. Sin inmutarse.

No intente ir allí para enterarse ni de lo que se lleva ni lo que se llevara. Solo vera papel. Miles de papel impreso, mayormente del mundo anglosajón. Para enterarse, eso si, que algunos países se lee y en otros. En el sur, poco

sábado, 13 de octubre de 2012

Pijos los hay en todos los sitios

 

No sea usted mal pensando. Estos dos señoritos que cruzan alegremente una concurrida calle del Marais parisino no son más que dos turistas americanos disfrutando del sol que hace. Libro en la mano – que no guía- buscaban como el que mas una terraza donde aposentarse.

No, yo me refieren a los otros. Los pijos de verdad. Esos, por ejemplo, que van de polo de Lacoste de 95 euros, gomina barata – en algo hay que compensar-, chino planchado, cinturón marítimo a 100 euros del Corte Ingles, náuticos castellanos- ¿ya me explicara usted como se come?-, banderita de España en la pulsera y/o llavero que se deja colgar como quien no quiere la cosa del bolsillo, jersey al hombro, sonrisa en la boca. Vamos, no me diga que no los hay en su pueblo. Son esos tipos que dicen sanjenjo, chupitos, ponme un cacique…

No crea usted que son los únicos pijos. También tenemos los pijos de izquierdas. Como imagen. Suelen tener barba. Los visten de lino. Ellas. El pijo de derechas esta siempre solo. Va a la caza. El pijo de izquierdas no. Siempre tiene una hembra que lo cuida. La que lo manda. La continuación de los cuidados de mama. Le compra las camisas y la ropa interior. Le hace la comida. Le aplaude los discursos y las ocurrencias. El pijo de izquierdas antes iba de trenca. Hoy se ha pasado al cuero ya que envejecer, ¿a quien le gusta? Como El País se ha convertido en periódico para envolver, el pijo progresista hoy porta libretas. A ser posible una Moleskine tamaño A3.

Los pijos de derechas son universales. Se los encontrara en cualquier país de Europa. Todos iguales. Los pijos de izquierda no. Lamento intranquilizarlos. Pijos de izquierda solo se encuentran en la península ibérica. ¿Usted sabe porque?

miércoles, 10 de octubre de 2012

No voten a Pepe


 
Les cuento. Baje este verano baje a Vila Podre, ex ciudad donde nací. La familia y tal. O dia da patria. El mar Ártabro. Las olas del Mar de Fora. La pasión por el surf. Que quiere que le cuente.

Tuve que ir al banco ese. Como ciudadano de a pie, acostumbrado a las reglas racionalistas del país donde vives, te pones en la cola. De repente llega un tipo apurado. Se dirige al publico diciendo, solo tengo una pregunta. Saluda a Pepe, el empleado que nos atiende. Es ayudado. Se va.

La cola progresa lentamente. Entra una vieja de bastón y paso ligero. Nos mira con desdeño. Susurra: solo un minuto; y tras ser saludada efusivamente por don Pepe resuelve sus asuntos.

Seguimos en la cola. Pepe despacha a uno, a dos, queda menos. Entra una rubia de bote y mas bisutería en pescuezo que Tobaris. Nos saluda a todos con la mano. Oubea, un momentito. ¡Hola Pepe, un minuto! Faltaría mas, el señor Pepe, educado, atiende a la señorita de falda ajustada.

Lentamente seguimos avanzando. Quedan dos. Llevo aquí tres cuartos de hora. Entran dos jóvenes, que preguntan quien es el último. Entra una joven. Aumenta la cola. Entra un descamisado de gafas de sol y moreno de mangante. Es que tengo el coche mal aparcado, Pepe mira un momentito…

No le dio tiempo a más. Aterrorizando por mi aullido modelo celta salido quedo petrificado. A Pepe se le cayeron los papeles de la mano. ¿Pero que pandilla de energúmenos viven en este país? Usted aparca el coche donde pueda y se pone a la cola.  Y usted mentecato, cumpla con su obligación y atienda correctamente a los que le pagamos: Los que aquí estamos. Los usuarios del banco.

La aparición inmediata del apoderado evito que hubiera sangre como mi cuerpo demandaba. En la vida me atendieron tan rápido

Pues no oiga. Que aquí no acaba la historia. Cuando llego a la casa de mi madre despotricando contra esta sociedad de conseguidores que venden como favor lo que es su trabajo, fui golpeado en el alma: ¿Pero rapaz, porque no me dijiste que ibas a la Caixa, si yo también conozco a Pepe?

Paris: Museos de fotografia


En Paris, si usted pertenece como yo a la cofradía de los voyeurs, debe visitar los museos de fotografía. En plural.

El mundo se empeña en visitar la Maison Europeenne du laPhotographie, ha donde por supuesto hay que ir. Pero hay más. En el jardín de Las Tuileries, entrando a mano izquierda, hay un edificio que suele pasar desapercibido. Donde no se ve gente. Excepto en los días soleados en los que los enterados se tiran a la bartola bajo la sombra de los platanales o en las imposibles tumbonas de verde acero ortopédico. Allí esta otra opción recomendable: Jea de Paume. Fotografía e imagen de cuño internacional

Es la dicotomía digital versus analógica. Aun que sea mentira. La fotografía digital la ha democratizado. Hoy todo el mundo tira fotos sin ton ni son. El que no tiene cámara tiene teléfono. El mundo se llena de imágenes. La mayoría son deplorables. Pero es una forma práctica de descubrir pronto a los habilidosos. La fotografía clásica no permitía esos dispendios. Cada carrete valía un pastón y se disparaba cuando la pieza estaba al alcance. Daba una fotografía mas elaborada. Mejor pensada. Mas trabajada. La búsqueda del momento preciso, el instante de Cartier Bresson.

Lo que hay que ver depende de la exposición (es) que se exhiban. Las colecciones fijas no son muy amplias ni brillantes. Para eso hay que dirigirse a los países más nórdicos donde hay centros como los de Amberes, Berlín o Ámsterdam donde se exponen fotos que se merecen ver. En la Maison, faltaría mas, puede darse usted de bruces con la fotografía de moda francesa. Es su patria. Es como contemplar el Vogue colgado de las paredes. ¡Apasionante oiga! No desista. Un poco mas arriba podrá ver las espléndidas colecciones de fotografía social de los neederlandicos. 4 horas de camino. 55 euros en el Ave que allí llaman Thalys. ¿Quién da más?
 

martes, 9 de octubre de 2012

Paris: El color de la vida

 
Andas paseando sin rumbo por las rúas de Paris y lees en la prensa española que los casullas portantes reivindican sin vergüenza el voto a los que defienden la vida. La vida. La vida. ¿Usted sabe lo que es eso? ¿Se refieren a la vida de obispos que se pegan? ¿A la buena vida de los viejos curas de parroquia? ¿A vivir la vida a cuenta de la vida del prójimo? ¿A mi vida o a la suya? ¿La vida de los difuntos por la que tanto rezan?
Vamos, que he hecho un lio. Para desliarme me he ido al Bistrot des Comperes,  detrás de la Casa de la Fotografía,  16 Rúe du Charlemagne.  Allí, entre el arcoíris de hierro, se esconde uno de los buenos bares – y terraza- de París donde se discute con pasión sobre la política, la necesidad de la huelga general, los resultados del Saint Germen, las piernas de la vecina, el premio Goncourt, la portada del Lib, la inteligencia de Serge Haroche, la largura de las jupes de la camarera…. Como vera todo muy de andar por casa.
La gran diferencia entre Paris, el norte y el sur, es el colorido de la conversación. Yo me quedo con el modelo parisino. Como el arcoíris: la pasión a tope con la mente bien fresca
 
 

Paris: Historias de mujeres


Andaba buscando la librería de viejo que había en la Rue de Bac, había. Vendía excelentes libros de medicina antediluvianos. De esos en los que los dibujos siguen manteniendo actualidad aunque el texto se ha pasado. Es la reivindicación de la imagen frente al discurso. Aunque me excomulguen los de mi cofradía intelectual. Usted ya sabe que estos viejos solo mamaron la televisión a edad madura y de 6 a 8. Así quedaron.
A lo que íbamos: la librería. No estaba. Murió el librero. Murió el evento. Hoy venden velas con aroma a olivos y campos de lavanda de la Provenza. El mundo intentando inútilmente combatir los cheiros. No cambiamos.
Por allí me encontré con otro viejo librero que se ha tirado al porno. Vende imágenes de despelotados de ambos sexos bajo la disculpa de cultura. ¿Conocen ustedes el poster? En su tiempo despertó una polémica inmensa tras su aparición en Vogue Francia. Una hembra de bandera despelotada, abierta, con pinta de orgasmizar, desvestida con perlas y tacones. ¿Qué tendrá esto que ver con el perfume que anuncia? ¡Un millón al que lo entienda!
Pues nada, paso el tiempo y se quedo en poster a dos euros que nadie  compra. Al final el público se queda con la mujer de la esquina. La de la vida. La que mira, comenta, escoge, deshecha, dice, se ríe… A nadie le gusta chupar plástico ni papel. ¿Entiende?

 
 

lunes, 8 de octubre de 2012

La imagen de las mujeres de España


Esta mañana, mientras esperaba a que comenzase el parte de incidencias del fin de semana en el hospital en el que medio vivo, la enfermera mas descerebrada me pregunto mientras agitaba un periódico local ante mis ojos si así también se vestía mi madre.
Ver la foto, esta de aquí arriba, y ponerle el café de montera habría sido uno si no fuera que uno tienen “sentidinho”. Carallada inventada por algún gallego progresista para definir la acción de reprimir el instinto militante de mandar al que tienes delante al camposanto.
Años de empleo en las urgencias psiquiátricas me convirtieron nuevamente en el barbudo simpático que dice simplemente “mira rapaza, esto es como se disfrazan las burguesas de mal gusto de las tierras castellanas, modelo procesión franquista. Mi madre, que como ya te explique millones de veces pertenece a otro país, el de los gallegos, al día de hoy, después de patear el paseo de Ares estas vacaciones, puedo contarte que va como todas de rojo con rebeca blanca colgada del brazo”
Mi enfermera me ofreció algunos comentarios sobre detalles de la foto que uno, macho al fin y al cabo, no había reparado.
-¡Fíjate que collar de perlas! ¡Que horterada! Eso solo se lo pone una que nunca ha tenido nada.
-Pues creo que tiene varios sueldos.
-Sera rica, pero nunca ha tenido nada.
Los otros comentarios, de lo más jugosos, pertenecen al campo de lo privado, ya que son más de estética que de ética, y aunque divertidos no vienen al caso.
El vaso de café, infelizmente vacío, felizmente de plástico, se lo tire cuando me dijo la muy pécora: ahora ya se porque has venido a Holanda, porque viajas tanto…  

domingo, 7 de octubre de 2012

Adivinanza

 

¿Sabe lo que es? Yo antes no. Ahora si, aunque tampoco. Le cuento: Me fui con hijo numero uno a celebrar que ya es adulto, aunque siga chupando del bote. Vista la neurosis familiar por el mar, acabamos en el acuario de Oosterschelde. Uno de esos sitios a los que no se va si no pasas de casualidad por allí. Aunque los viajeros en los Países Bajos deberían de visitar las esclusas que allí hay. Con marea y si puede – ya sé que no le gusta- temporal. El espectáculo de las olas es para filmarlo y usarlo como terapia en las largas noches de invierno.
Íbamos por el acuario. Una cosa modosa. Bien puesta. Con buenos ejemplares de peces. Buen gusto. Poca gente. Allí estaba esta “cosa”. ¿Una planta? ¿Alga extraña? ¿Plástico? Pues nada de nada. Leemos: huevas de caballito de mar. Y me quede extasiado. ¿Qué me atrae?  Que un animal tan hermoso como pequeño sea capaz de hacer filigranas perfectas. Se lo enseñé un día. ¡Caballón de mar!

El regreso del viajero: Volver a la patria

 
Aunque muchos no lo  saben el salmón libre es la metáfora del emigrante gallego. Otros, lo convierten en el modelo utópico del viajero perpetuo. No hay que confundir los dos discursos dicen algunos, ya que uno viaja por gusto y el otro por necesidad. Una mentira piadosa. Jamás he encontrado por esos mundos un viajero que este dando tumbos por gusto. Todos buscan, todos están necesitados de algo. ¡Que el hambre no solo se siente en el estomago!
El salmón nace en buen rio. Viaja al otro extremo del mundo donde vive. Regresa, siempre, a la infancia, si llega, si lo dejan, si no se queda por el camino. A poner huevas. La simiente de la vida. Allí fenece. Reproducirse y morir. Es la metáfora romantica perfecta.
Pues no, de eso nada, volver a esa infancia, a que me entierren, nada. Que mientras que el cuerpo resista tengo planes para todos los días. Hace tiempo que he decidido juntar esfuerzos para destruir la metáfora y convertirme en otro animal. Aunque sea de serpiente y acabar por los montes de A Capelada para llegar a San Andrés de Teixido donde vai de morto o que non vai de vivo.
No crea usted que la conversión fue ponderada. Fue de golpe. Súbito. Obligado por la puta realidad. Un día de hace tiempo, después de haber obtenido titulos, aplausos y medallas por el frio norte, decidí regresar a la infancia. Pregunte si me querían. No me preguntaron que sabía hacer. Solo estaban interesados en “de quen era”. Como era de mi mismo y no de ninguna tribu, me pusieron en cuarentena. Después de darme largas, y ante la insistencia, me ofrecieron una substitución por dos meses en el Barco de Valdeorras y luego “xa se vera”. Fue el mismo día que me ofrecieron dirigir la transformación de un manicomio en un hospital moderno en el país de acogida. Mate al salmón, mate las ganas. Hoy sigo errante. De viajero perpetuo. Que me empalma. Aunque todas las noches, delante de la pantalla, me asome a la ventana de la infancia, mi patria.

 

sábado, 6 de octubre de 2012

Hoy he votado BNG


Literalmente. Ayer llegaron las papeletas que solicite para ejercer mi derecho como ciudadano de mi infancia, eso que muchos llaman patria. Aunque hace casi treinta años que pago impuestos en otra región de Europa. Hace tiempo, con un titulo de Compostela universidad en el bolsillo me fui a ver los paraísos del norte y me quede por aquí.

Allí, aquí, aprendí muchas cosas. Aprendí que democracia es expulsar y encarcelar a cualquier político que meta la mano en la caja. Aprendí que un pueblo educado jamás vuelve a votar ni a mangantes ni a mentirosos. Prometer y no cumplir se paga por estas tierras caro en las urnas.

Aprendí que las absolutas pertenecen a las dictaduras de la mayoría. Las que originan represión e intolerancia. Por esos los gobiernos en el país donde vivo no son bipartitos. Son tri o pentapartito. Son gobiernos labrados con el compromiso de entenderse. De buscar puntos comunes, de no creer mucho en la verdad absoluta, de saber que la mejor parte de los caminos suele ser por donde vamos todos.

Aprendí que los ególatras y las heroínas  están bien en el teatro pero jamás dan de comer. Aprendí que dos y dos son cuatro. Y no, ten días. Aprendí que el insulto como arma política se vuelve contra el que lo emplea. Aprendí que los pueblos letrados aprecian la discusión pública y abierta de sus representantes. Frente a los que evitan el debate y se esconden tras la mentira, en el país en el que vivo los lideres políticos discuten antes de las elecciones un día si y otro también, sin excluidos, sin manipulaciones.
En el país donde vivo, el pueblo se divide en partes iguales entre derecha e izquierda. Una vez se junta los de más aquí. Otra vez los de mas allá. Con el contrario te vas de cervezas. Ya que mañana será tu amigo necesario. Así se aprende el arte de la tolerancia.
En el país donde vivo, más de la mitad de mi sueldo, el 55%, se lo lleva hacienda todos los meses. El que trapichea, paga. Siempre. No, de eso nada. No es lo que usted piensa. El colegio es gratis. Los libros también. Las tasas de la universidad simbólicas. La ultima corredoira a ningures esta perfectamente asfaltada. Las autopistas sin peaje ni baches. Las señales cada dos metros. El medico te atiende siempre. Listas de esperas no conocemos. Los trenes llegan a la hora. Salen al segundo. Las bibliotecas están siempre llenas. De libros, de público. En cada esquina hay instalaciones donde hacer deporte. El que no trabaja es por que no quiere. Cualquier titulado encuentra trabajo. Por eso pagamos. Todos. 
En el país donde vivo hay problemas ya que habas cuecen en todos los lados. Pero jamás he vistos perros policías masacrando sin límites a los que reivindican sus derechos. En el país donde vivo no se tortura a sindicalistas por decir verdades a los políticos. Esos, que van a pie o en bicicleta al parlamento, que se paran a atender una pregunta, ya que saben que están para eso: servir a los que les han escogido, a los que les pagan.
Como europeo militante, sigo pensando que lo que aquí se construyo también es posible en las tierras de mi patria. Solo se necesita que alguna vez, tras un acumulo de fuerzas, escojamos a aquella gente que practique la defensa a ultranza de lo que es nuestro. Lo material, lo cultural, la identidad. Es un dicho irlandés: de una bandera no se come. Sin ella, te comen. Hoy vote a los que una vez mas levantan la bandera de mi infancia, mi patria: Eu voto BNG!

 

Manifiesto para empalmados

 
 
Me imagino que ya han leído la opinión del macho ese del PP sobre para que sirven las leyes. El mismo que a falta de otras habilidades para emplear su polla solo se le ocurre pensar que la única utilidad de una hembra es para servir de recipiente de semen. Usted ya sabe que todo violador es un castrado mental. Ojo, no confundir con descerebrado. Al pepero este lo nombro el patrón, el Fraga Iribarne como premio a los servicios prestados. Llego a ser el representante de los emigrados. Meapilas para vender la marca España negando a su patria
Hasta lo sacan en la prensa Europea. Como un síntoma más de la calaña que pulula por las tierras peninsulares.
Es la tragedia de la derecha. Jamás cultivaron el sexo como ejercicio de liberación. Se quedaron entre los polvos cutres a Conchita y las visitas miserables al latrocinio.  La cosa no les dio para más. Disfrutar de la erección con la mujer hermosa siempre fue patrimonio de la ilustración progresista. Para eso hay que ir primero a la escuela de la educación. No confundir con esas aulas que ahora los mismos les organizan a los jóvenes opusdeistas para que sigan viendo que el otro es extraño en vez de distinto.
Una jodienda. Joder poco. Esa es su tragedia. Como no disfrutan no eyaculan. Van siempre, como los hierros, empalmados de miseria. ¡Miserables! ¡Ni en cien años aprenderéis a gozar con las hembras!

 

Paris: Tardes de sábado



Andaba buscando un puente para cruzar el Sena entre el ruido de los turistas y la jungla de los coches cuando al otro lado de la calle la vi.
Una ninfa tocando el violín en una galería de arte parisina. En tarde de sábado. El público sentado en el suelo parecía disfrutar de la música. De las explicaciones de la artista. Cada pintura presentada a golpe de pieza. Para disfrute del oído, la vista, el alma.
Ya ve, a esto se dedican algunos de los jóvenes parisinos en las tardes del sábado. ¿Hay quien de más? Sin vino ni estrellas. Cultura. A secas

jueves, 4 de octubre de 2012

Volkswagen Transporter T3


Esta foto no es especialmente interesante ni llamativa. Solo emocionara a los “coneceurs”. Esa banda de tipos y hembras, mayormente centroeuropeos y californianos, que en los años 80 recorrieron las corredoiras del mundo en las míticas Volkswagen T3.
Esta de la foto es una Westfalia. El sumo del lujo de las furgonas en aquellos tiempos. Aparcada en una de las calles del barrio judío de Le Marais parisino. Pertenece alguna familia con bebes, visto los artilugios que llevaba la furgona. Muchos hijos fueron paseados en el gran nido del banco posterior. Cuando ningún polizonte venia a exigir viajar atado a la silla.
No crea usted que estas reliquias no valen. Hoy se cotizan a precios que rondan los 10 euros, y si están bien conservadas y pintadas, ya puede abrir usted la cartera, ya que el mundo se mata por ellas.
¿Sabe por qué la enseño? Yo también tuve una. Era en los tiempos en los que cuando íbamos con la ninfa de piernas de gacela a Paris, dormíamos delante del ayuntamiento. Vaciábamos la vejiga contra uno de los platanales de la orilla del Sena. Tres días después nos cambiábamos a las Tullerias para no llamar demasiado la atención. O en las beiras del Notre-Dame.
Hoy, ni se te ocurra. Serás baleado por el vigilante de turno. Y es que el mundo progresa que es una barbaridad.

Si vas a Paris cuidate de los jodidos rumanos

 

Ahí la tienen. A la muy pécora. Haciéndose la disimulada. El macarra que la acompaña en la distancia, tan pronto me vio la cámara en la mano salió escopetado. Los locales al paso te avisan: ¡peligro! ¡Rumano!
 Tenia en la mano el mismo anillo dorado que otra de la misma calaña nos enseñó en la plaza de las Tullerias minutos antes. El método de acción es el mismo. Muestran un anillo dorado inmenso, oro macizo se supone, manifiestando insistentemente que se te ha caído de tu bolsillo. Si lo coges estas cagado. Serás desplumado.
El resto de los jóvenes de la banda practican métodos menos sutiles. Se te acercan en manada para que firmes apoyo a lo que sea. Causas muy dignas. Para automáticamente exigir por tu firma el impuesto de revolucionario. Antiguamente esperaban al pardillo que enseñaba la cartera. Hoy te rodean y te despluman al momento como vi que hacían con unos viejos japoneses.
En Paris, al menos en las zonas turísticas, el juego al gato/ ratón con la policía hacia que desaparecieran rápidamente. Hoy tenemos al polizón combatiendo no se sabe que y los lobos han salido de las guaridas. Bandas de jodidos rumanos por las Tullerias, el Louvre, Norte-Dame.
Vamos, que te haces de derechas y te acuerdas cuando Sarko los enviaba en avión de vuelta a su miseria. Para volver a empezar el ciclo. Hay gente que no sabe vivir sin delinquir. Que trabajar no es para todos digno. Pregúnteselo a los vividores del seguro de desempleo norte europeo. En el mundo hay mas parásitos que parias gitanos. Aunque usted crea como Rousseau en el hombre bueno.