domingo, 29 de septiembre de 2013

El congrio como metafora de la prensa hispana



Debería de saber que los congrios, un suborden de los anguilliformes, son esos peces que asombran en las pescaderías y asustan en el mar. Escondidos en su cubil, entre rocas y algas, esperan pacientemente a que pase por delante la presa. Oportunistas máximos, no se molestan ni en buscar la noticia, perdón la comida. Cuando se les pone en bandeja, violentos, traidores, insaciables en la mordida, arrastra al agujero al despistado que se puso a tiro.

Incluso a submarinistas. Los que de cuando en vez tenemos el vicio de descender a contemplar el paraíso bajo las aguas ya nos hemos llevado mas de un susto cuando de la nada ves salir esos dientes que te buscan.

Pues eso, asociación libre decía el imbécil de Freud. Lo que se me ocurre cuando leo a los neofascistoides de la Voz de Galicia tratando el asunto de la niña china asesinada en Compostela. O los puristas del liberalismo hispano de El País, que se diferencian en la forma pero no el tono. Dan asco.

Los que vivimos en centro Europa no entendemos esto. Esa cosa que se llama la presunción de la inocencia no es el eje fundamental de evitar el despiece del acusado como creen muchos gacetilleros. Hay una norma mucho mas elemental que en estos pagos se les da con la cuchara de la Maizena a sus habitantes. Eso que simplemente se llama privacidad. Eso que evita que un joputa de uniforme guardiocivilero se ponga a comentar en los bares de la zona lo que dicen e inventan.

Estos días, desde el bar del camping compostelano cercano al cuartel de la Benemérita, había todas las noches retrasmisión diferida de los cotilleos de Compostela. Mientras los plumillas, congrios sedientos, pagaban vinos y pulpo, ¡pero hombre que estamos de servicio!

No veas el largo peregrinaje que les queda para hacerse europeos. Aprender de Europa. Esos lugares con una cultura que dice que los chismes no interesan. Lo único que cuenta es la evidencia. Eso, lo que todavía no han encontrado a pesar de que ellos le han dado a la chusma el veredicto. D.E.P.; a nena

sábado, 28 de septiembre de 2013

Vuelta al invierno (disfrazado de otoño)



Los que (sobre)vivimos en el norte frío sabemos que las cuatro estaciones es una pieza de Vivaldi. No mas. Aquí el mundo se divide en verano -cuando hay- e invierno -casi siempre-.

Sale el sol y calienta de gusto, o es lluvia y frio a mares. Otra cosa no hay. Hoy que hay sol, de abrigo, da la cosa para sentarse en una de esas terrazas que se alumbran con estufas y mantas de flece al estilo alpino.

Allí, entre el capuchino y el discurrir de las ninfas empaquetadas queda el recuerdo del verano que este año si vino.

Fue intenso. De sol y mas sol del que escapamos- para reivindicar que la mejor época es el otoño que no hay-. Con vientos de muerte solo aptos para navegantes atrevidos. Fue...

Si no te consuelas en la sociedad  moderna es  porque no quieres dicen por aquí. Tenemos de todos y no nos queda nada. Hablan de hambre y exhiben obesidad. De las patatas con mayonesa y el agua teñida y edulcorada que beben para saciar la nausea.

De la vieja polémica Camus o Sartre ya saben que el ultimo se equivoco. De aquella y hoy. Doblemente. La nausea de los que lo tienen todo los devora. Siempre. Desde dentro.

Dice uno de mis pacientes espabilados que el tema esta mal propuesto. Los del todo no tienen nada. Si tienes, no hay nausea. !Y dale con la definición del concepto!

Total, que recomenzamos a esperar que vuelva el verano; por habito, ocupación, actitud, desasosiego, estado natural, lo que usted quiera. Mientras el invierno va llegando y lo atrapa todo, revivimos lo que pateamos en el corto verano, que fue mucho. Si no, mire la cantidad de puestas de sol, cerveza en mano, que nos ofreció el océano. Allá, en la frontera del Mardefora