miércoles, 28 de mayo de 2014

El mejor restaurante de pescado del Reino Unido (por poco tiempo)


 Dice la canallesca que hay que comer en este tugurio del puerto de Tobermory. El mejor restaurante de pescado en los territorios de la reina madre. Será por poco tiempo. Al menos eso esperemos. No crean que lo digo por la posibilidad de que los escocés voten por la independencia. Que también. Si esos tipos y tipas votan con la cabeza es lo único que sensatamente se puede decir: Si. Al carallo con la expropiación continuada de un pueblo por sus enemigos y sus colaboradores; que también. 


 Yo me referia al paladar. Que si hombre, que era decente. Pero si esto es lo mejor del Reino Unido, ¿que es comer en la Centoleira de Beluso, El Badulaque de Cedeira, O Burato en Malpica…? Enfin, que aqui y en todo el territorio, ya lo sabe, no se viene a comer bien. Se come y de las gracias.


Eso si, le perdono de todo cuando miro la carta de vinos y allí, pontifical, ademas de un buen Sancerre, me ofrece el mejor Godello que se ha hecho hasta ahora en Galiza a precio moderado. Ahora lo recuerdo. A eso fuimos. A darle al Godello regandolo con media langosta, unos langostinos, gambas, mas langostinos, mejillones, ostras, necoras...y nada de eso sabia a mar.

lunes, 26 de mayo de 2014

Tobermory



Se anuncia como puerto pesquero ”pintoresco”. Lo de pesquero se quedo en proyecto. Desde su nacimiento. Fundación, mas bien. Siempre fue pueblo artificial. Creado sobre el proyecto de explotar unas supuestas pesquerías en las costas escocesas de las Híbridas interiores. 

El lugar escogido, geográficamente, es perfecto. El refugio de un puerto natural en una costa salvaje. Se les olvido hacer el estudio de las pesquerías. Allí poco había que pescar.
Hambre.

Hoy hay cuatro pesqueros de tripulación doble, ocho mareantes en total, que se dedican a las vieiras y zamburiñas. El resto vive del turismo. Que viene de viejo.

El gran éxito de Tobermory ocurrio durante la segunda guerra mundial. Fue convertido por el Almirantazgo ingles en la escuela de guerra submarina. El pueblo todavía le rinde homenaje a sus héroes.

Estando en Mull es obligado pasear por el puerto, ir a ver la disteleria, comer donde ya les contare, cenar en otro lugar, volver a pasear por el puerto, contemplar el partir de los barcos de placer, contar gaviotas…resguardecerse de la lluvia que tarde o temprano caera.

Incluso puede atizarse de pescado y patatas fritas en el medio del muelle mientras piensa que a veces, como en Tobermory, no siempre cualquier tiempo pasado fue mejor. Hoy, al menos, todos comen 


domingo, 18 de mayo de 2014

Por que el uso de su inteligencia no es compatible con el voto a Izquierda Unida, agachados, copias, plagios y similares, incluida explicación a los niños



La mayoría esta cabreados. Mucho. Tanto, que la mayoría de ellos, los inmensamente cabreados, ya han decidido no ir a votar. ¡Todos son iguales!, braman. Es falso pero no se lo discutiré. En cualquier caso unos son más iguales que otros, alguno solo se parecen, y si mira bien los hay distintos. Lo realmente esencial es que las consecuencias de ese cabreo inmenso que usted tiene es que mañana seguirán gobernando esos mismos, los mangantes esos, los que le dan hipertensión, ulcera y hambre. ¡Bon proveito! dicen en mi tribu.

Algunos. Críticos. Educados en la protestan, han decidido votar, igualmente de cabreados, a unos señores y señoras que anuncian ya la gran derrota de la troika, el triunfo de la ruptura democrática –¿sabe usted que es eso?-, el fin de las penalidades. Estos colectivos presentan una cohesión granítica en su comportamiento: gritan por la unidad y se reproducen como hongos ya que no se soportan ni revueltos.

Usted sabrá lo que hace con su voto. Que es suyo. Pero como ya les he contado una vez lo que yo aprendí en la Europa esta donde desde hace años me dan cobijo, les recuerdo lo que por estos lares acostumbramos:
Igual que cada día de año nuevo prometo adelgazar y jamás lo cumplo, sé que los partidos prometen oro y algunos dan patatas. Para no darnos de bruces con los que te las roban, más que programas miramos quienes son ellos. A quien votamos.

Les cuento: A ella, a la que pasean por mi tribu de mitin en mitin, la conocemos por los siguientes méritos: El amor apasionado al líder que la ha nombrado, la expulsión antidemocrática de su banda de los oponentes, algún conocimiento no muy exitoso en el cultivo de hortalizas, etc. Más no hay. Del líder ya no lo hablo. La secundante del líder la conocemos por darle un pastón a la iglesia para organizar procesiones – ¡son de izquierdas!-, quedarse con los vinos caros que le regalan los conseguidores, traicionar una y otra vez a los soldadores en paro de la ria, y más que de momento no les cuento.

He seguido mirando a quien presentaban en otras tierras de Hispania. Me he encontrado unos cuantos conocidos. De uno sabemos que va de guapo y llego a la televisión por ser hijo de. También que se dedica a la política a costa del contribuyente que financia su sueldo de profesor, oficio que desatiende. El más popular de ellos en la capital del imperio presenta como merito el ser hermano de un asesinado. De sus méritos propios, de lo que sabe para resolver mis, nuestros problemas, nada. No hay nada. No sabe nada. Su curriculum vitae se reduce a ser ex-ocupa.

Con esto llegamos al cogollo de la lechuga. Usted vota a unos lechuguinos que son incapaces de explicar cómo nos van a dar una cosecha extra de patatas, la redención de la tierra, el salario mínimo, la carretera sin baches, el tren en la estación a la hora en punto. 

Como los milagros solo ocurren en la tele basura, busco a  los que me dan respuestas concretas a problemas concretos. ¿Quién tiene la capacidad intelectual y un plan concreto para resolver mis problemas? ¿Quién puede hacer realidad mis sueños, mis aspiraciones? Mi voto profundamente racional e inteligente sera para Suso, Camilo, Anna... esforzados de la patria robada. 

No lo olvide: No votar, quedarse en casa, tirar el voto, es de cobardes

Metáforas de la independencia de Escocia: las carreteras


No se engañe. Bajado del ferry circulara usted por una autovía de firme regular. Encontrara usted incluso tres carriles de vez en cuando. En Inglaterra. Pasada la frontera escocesa, exceptuando el camino de Glasgow a la capital imperial, el resto es pobreza estructural.

En la Escocia de todos los días, no le estoy hablando de culos del mundo, hay cientos kilómetros de carreteras donde solo cabe un coche. Cuando dos se encuentran en el camino, no hay otra opción que recurrir  a los espacios adaptados para el paso. Vea la segunda foto.

Kilometro tras kilometro, acechando al que pueda venir de frente, entre curva y curva, niebla y orvallo. Quedas agotado.

Si usted no usa el cerebro dirá tonterías de tipo hispano imperial: complicada orografía. Eso, oiga, en el siglo XXI no cuela. Cuela menos cuando en la misma orografía, kilómetros mas abajo, en la Inglaterra imperial, les han montado unas autopistas de bandera.

La causa se llama la señora Thatcher. Aquella fascista disfrazada de ultra liberal que dinamito los países de la Gran Bretaña durante unas cuantas generaciones. Todavía lo están sufriendo. ¿Le suena?

Yo también votaría por la independencia. Cuando te juegas la vida todos los días por esas corredoiras de la patria y ves que el mundo se moderniza, solo queda preguntarse qué hacen los mangantes con el petróleo que fluye en el Mar del Norte, etc.

Parece que los escoceses lo van entendiendo. De momento, entre curva y curva, han dejado de creer en que son pobres y que deben estar agradecidos a la caridad del imperio. Queda la esperanza de que algún día los votadores de mi tribu galaica llegue a la misma conclusión. Es de libro: en cada curva del camino hay un bandolero mangante.


jueves, 15 de mayo de 2014

De ferry en ferry; recomendaciones para su uso




Hace unos días que vengo pasándome horas esperando a que llegue/salga el ferry. No crea usted que es un aburrimiento. Para los ojos observadores resulta un espectáculo divertido. ¿Cómo llega uno a caer en estas perversiones? Los viajes entre isla e isla y ferry porque me toca. Escocia, por donde ando, es sobre todo isla.

Si usted cree que un ferry es un barco de fondo más o menos plano para el transporte de vehículos y personal está usted en lo políticamente cierto. Mentira piadosa como siempre. Les confieso: un ferry es un instrumento de los malvados propietarios para a través de su estómago vaciarle la cartera y llenarlo de glucosa barata. ¿Delirio? De eso nada. Le cuento:

Los últimos días me he subido – y bajado- en cruceros, pontones, barcas, barcos de distintos tonelajes. Me he jugado la vida y el landrover desembarcando entre las olas al ritmo de ¡gogogo!, ya que atracar era imposible. En cualquiera de estos hierros flotantes, bajo la disculpa de llevarle a usted y a su coche, lo que hacen es darle de comer y beber a golpe precio Michelin 5 estrellas.

En el crucero de la Mancha te engañan con un bufet barato. Todos los calvinistas nórdicos al grito de ¡es gratis! caen como moscas. Caro no es. La cuenta astronómica llega y te  enteras que por dos coca colas y el vino californiano de garrafón te atizan lo mismo que por 5 Vegas Sicilia. No desespere. El barquito que lo lleva de un islote a otro en media hora le pedirá 10 euros por la misma cola. En el pontón, que nada hay, hay espacio para la máquina expendedora de calorías vacías y bebidas edulcoradas.

En fin, hecho un experto, tres consejos. Ferry es paciencia. Se sabe que sale y llega. Que alguna vez le dirán que arranque el motor y marche. Puede creer que a usted siempre le toca el último. Es verdad, es mentira. La prisa solo le cultivara la ulcera. Relájese.

Antes de entrar en cualquier barco, incluyendo pontones,  debe usted saber que una vez dentro deberá abandonar su coche y no podrá acceder a él durante todo el viaje. En los ferris grandes las puertas se cierran herméticamente y no hay “un momentito” que valga. Mal viaje tendrá si antes no ha metido en una bolsa, la alimentación, un gorro de lana para las orejas, una prenda de abrigo para el cuerpo. En el mar siempre hace viento, siempre ataca el frio. Incluso bajo el sol resplandeciente. Al norte de Paris, añada guantes a la lista.

He escrito antes. Una vez en la bodega del barco, no hay tiempo a armar el petate. Ahí cometen los novatos el tercer gran error. Bajo la presión del personal salen de estampida escaleras arriba olvidando apuntar donde han dejado el carro. En todo ferry serio hay en cada puerta cartulinas con el número de piso y puerta cercana a su vehículo. Si no la encuentra no se fie en su memoria. Hágase un selfi delante del número de la puerta. No se arrepentirá. En todas las ocasiones que he viajado he visto almas – familias- angustiadas dando tumbos por las bodegas de los ferris rosmando que les habían robado el auto. ¡Señor, señora, en los mares no hay mangantes solo marineros!




martes, 13 de mayo de 2014

Calgary Beach

 
Los que nos educamos en la beira del mar Ártabro aprendimos que hay playas de arena blanca, arena, negras, coios y ribera. Otra cosa es imposible. En Mull hay que cambiar el diccionario. Una playa de arena blanca se llama aquí, de plata. Nada de señuelo propagandístico. Se llama así de siempre. Antes de que inventaran a los turistas.

No es baladí. Estos escoceses pertenecieron demasiado tiempo al club de los hijos de la Gran Bretaña. Pierden el culo por todo lo que sea capital.

Buscando la arena plateada del folleto turístico nos jugamos la vida por un camino de cabras por el que no pasa ni un coche. A un lado el precipicio. Al otro lado lo mismo. El pueblo acompañante reza en silencio a lo que sea. ¿Como les explico? Disfrutar de los badenes de la carretera a 20 km por hora. Llegas a apreciar la construcción del Land Rover que nos lleva, hecho para estas pistas.

Llegar a la playa es de final con tutti: de golpe frente al océano y la campiña tipo que verde era mi valle

Después de la caminata a la punta de llegar a los extremos, nos zampamos un bocadillo de queso con anchoas de campeonato. Frente al mar océano. ¿Quien ha dicho que los paraísos ya no existen?


lunes, 12 de mayo de 2014

No busque más donde enterrarse: el cementerio de Calgary Bay, Isle of Mull, Escocia

 
Hay quien quiere reposar eternamente en un camposanto. Suena bien. Eso del reposo. La realidad es mas dura. La evitamos.

Otros solicitamos que llegado el día, purificados por el fuego para no ser pasto de los gusanos, esparzan las cenizas por un maroceano.

Lo realmente romántico es que te entierren aquí. En un cementerio amplio. Sin tener que soportar la aglomeración de vecinos. Frente al hermoso océano tenebroso. Escuchando la sinfonía de las olas. En un culo del mundo donde la masa no llega, y los lugareños son educados.

Calgary, en la bahía de su nombre. Donde hay lluvia, vacas, playa, océano, campos verdes, dos millones de ovejas, algún pajarero perdido... el silencio del océano

Pues nada, el cementerio es propiedad del señor feudal del castillo local, un Macmierda de turno, para uso y reposo exclusivo de la familia. Siga buscando o tírese por la alternativa del mar de todos. Es gratis


domingo, 11 de mayo de 2014

Navegando en el ferry rumbo a Escocia

 
Desconozco si es lo más racional. Lo barato. Lo más rápido. La elección clásica. Lo que hace Vicente. En cualquier caso: volveré a repetirlo. Es lo que me quedaba más a mano.


El ferry Ijmuiden - Newcastle de la naviera danesa  DFDSSeaways. Combinación de la perfección holandesa con la igual de neurótica habilidad danesa. Me agencie un billete por internet en dos minutos. Cumplen lo que prometen. A la hora anunciada.  El único ser discordante del embarque es el aduanero holandés que como de costumbre intenta hacerse marcialmente el gracioso. ¿Cómo le explica uno a estos tipos que eso es una contradicción sin solución? Sonreímos y lo dejamos para otro día.


Luce el sol. Lo que se aprecia. Entramos pronto en el barco. Con eficacia danesa. El bar es holandés. Doblones por cerveza putrefacta en vasos de plástico. Lo dejamos para otro día. Hasta que descubrimos que por detrás de la barra están dispuestos a despacharte una botella de Grolsch, la mejor pilsener holandesa.


Salimos a decir que nos vamos que estos nórdicos son de la cofradía del segundo. Ijmuiden, base central de la sociedad holandesa de salvamento de náufragos nos deleita la partida con los juegos de sus barcos que hoy algo festejan para justificar la quema del gasóleo.


Alquilamos una cabina para dormir a pierna suelta. El ferry sale al medio día y llega a Newcastel a las 9 de la mañana. ¡Cenado, leído, dormido, y desayunado! Una buena escusa para empezar el nuevo día. Ahorras horas de camino por las imposibles corredoiras inglesas y sus rotondas.


Newcastle desde el mar es hermoso. Allí el desembarco del ferry es rápido y los aduaneros ingleses hoy han decidido que no molestan