miércoles, 3 de septiembre de 2014

Los rododrendos asesinos del parque de Aros




Ibamos pateando la senda que desde el mar recorre el bosque atlántico de Aros hasta la cascada superior. Hermoso paraje. En una vuelta del camino nos encontramos con el primer rododendro silvestre que por allí hay. Precioso. Mas arriba otro mas. Y mas.
Luego te enteras que tras las flores hermosas hay una planta oportunista que agota todo lo que le rodea y nada deja crecer. ¿Le suena? Otra metáfora mas del capital. ¿O es que simplemente la naturaleza es capitalista? ¿O es el capitalismo una expresión mas de la naturaleza?

Va servido de preguntas filosóficas. Mientras discutimos el tema vamos andando de cascada en cascada y tiro porque me toca. Entre ellas, un hermoso lago de aguas tranquilas donde se ven nadar truchas en abundancia. La cascada superior es la mas espectacular cuando se contempla desde ella toda la bahía de Tobermory. Un paraíso na beira do mar.

Alli no hay un alma. Puede usted recorrerlo sin encontrase con nadie mas que con su sombra. Los escoceses y sus visitantes, como pueblo, practica el arte de Vicente. No los siga. 

La senda empieza en el muelle deportivo de Tobermory, al lado de la destilería. Si lo suyo es la vagancia puede acceder en coche hasta antiguo palacio en el centro del dominio dando una vuelta de inútiles kilómetros. Si sabe idiomas aquí se lo explican casi todo






lunes, 1 de septiembre de 2014

Iona, limitada de peregrinaciones: Iona Island & Iona Abbey en color



Hay lugares de peregrinación para pobres, como Fatima. Alguno para ricos, como El Rocío. Los hay para desahuciados, como Lourdes. Muertos de hambre, como en Hajja. Masoquistas, en Częstochowa…etc. La mayoría son pudientes. Algunos, incluso, como Compostela, son apoyados por multinacionales como Decathlon, que te vende el ajuhar completo lista incluida. Hay peregrinaciones para intelectuales ilustrados y devotos recatados; esos van a Iona.

¿Donde queda? En la isla del mismo nombre. Frente  a otra isla. La de Mull. En las Hebridas interiores escocesas. ¿A quien se le ocurrió montar el chiringuito allí? A San Columba. En 563, año de. ¿Quien era ese tipo? Un loco irlandés que se empeño en llevar la idea de la redención a los pobladores de las tierras escocesas.

¿Y eso a usted que le importa? Posiblemente nada. Pero debería saber que aquellos tipos, los mismos, fueron los que mas tarde, de vuelta a las mas seguras tierras de Irlanda, escribieron el maravilloso Libro de Kells. ¿Les suena? Si hombre, los cuatro libros incompletos del nuevo testamento decorados con miniaturas que hoy en día exhiben en el Trinity College de Dublin. Una de las joyas de la cultura Europea. 

La abadía fue en otros tiempos, cuando el centro de Europa se encontraba en la periferia, un lugar de importancia para la expansión de la idea del cristianismo primitivo. La mística de ser todos iguales si no en la puta vida al menos después del cementerio. La destrozaron los vikingos. Aquellos salvajes comerciantes del norte.

Hoy no solo es piedra. Desde hace años reside allí una activa comunidad ecuménica que atrae a cientos de cristianos intelectuales sedientos de la mística cristocelta. Hay que verla. Hay que ir.

Por cierto, si la quiere ver en blanco y negro, mas viva, mas realista, pinche aquí.