Estar en crisis es la ruptura de la homeostasis, dicen los teóricos. Vamos, que se rompe el equilibrio. Estamos en crisis, dicen. Los europeos están en crisis. Siguen en crisis. No levantan cabeza. Lo tienen jodido, ellos. Y con ellos los demás.
Lo de la crisis no deja de ser como la Santa Compaña. Puedes creer en ella o no, pero si te coge te lleva; si no la ves pasar, ni te enteras.
Donde yo duermo dicen que ya paso la crisis. Es mentira. Los comercios están vacios, las rebajas de enero en octubre empezaron, los despidos aumentan como la espuma aprovechando la situación para hacer limpieza en las empresas. Cuanta más cartera de pedidos más gente a la calle; es el lema…Pero, insiste la canallesca, crisis solo en España y la Gran Bretaña.
Lo que ya no se oye son los mentecatos anti Euro. Aquellos que suplicaban por su Florín potente, el Marco repolludo, la Peseta una gran libre y pobre, millonario de Liras eras tú…Nos salvamos de la miseria gracias al Euro que no dejo que cayéramos por el precipicio de haber levantado el hormigón sobre barro.
Pues ahora que usted se aferra al Euro cabrón como todos los europeos, incluso los que no estamos en crisis, yo les digo que es una moneda de mierda.
Vamos, que me fui a patear el Museo Nuevo de Berlín, y allí, en una sala despistada, de refilón, te encuentras con cientos de monedas acuñadas a lo largo de los siglos por el mundo civilizado. Joyas preciosas de los celtas europeos, como estas que les enseño. ¿Es que ya no saben ni copiar el buen gusto? Eso. Mierda de euro, que bien calentito que lo guardo en mi faltriquera.
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