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jueves, 2 de febrero de 2017

No se fie de los musicos. El ejemplo de Barcelona


La mayoría son ellos. Un misterio ¡oiga! Ya que ellas son legión. No solo eso. Es lo que debe usted cultivar como rosas en flor. Sin una ninfa que no le toque un instrumento no hay vida. Es lo que hay.


Por las calles de Barcelona solo encontré una que con una buena voz se enviciaba con la opera. Lo del vicio es una forma fina de definir el ardor que ponía. Todo pasión. Todo orgasmo. Como siempre, ellas.

El resto era miseria. Bandas de tipos, solitarios perdidos, incluso algún caradura que recantaba cd’s de Placido Domingo sin que le saliese el color. Una forma moderna del deme algo.

Nada les he dado. Los hambrientos que piden estos dias por Barcelona se han copiado el texto y las faltas anunciando todos tener ‘insulina’. Es un mentira más falsa que creerse músico porque posees un instrumento. Merece premio. La música, va de otra cosa: la pasión de tocar



miércoles, 24 de junio de 2015

La foto mas erotica que he visto el último año




La encontré de refilón. Como las buenas cosas de la vida. En la montaña. Donde nevaba. Zermatt. Aldea suiza de vaqueros reconvertida en centro de esquí para pudientes y  montañeros rebosantes.

En un cuchitril frente a la puerta del supermercado de la cooperativa, la COOP, a donde vamos todos a alimentarnos y a lo que sea. Un tipo agobiado vendía a los turistas exquisitos posters con los que decorar sus casas a precio moderado. Entre reproducciones de viejos anuncios de viajes, fotos paradisiacas de los Alpes, alguna copia de gravados antiguos, etc; sin querer la cosa, un tanto escondida, una foto borrosa enseñaba a esas ninfas dándole al espagueti y el vino.

¿Qué me dice? Potente foto. Derrama erotismo por todas las esquinas. Se me ocurrió que la había hecho Helmut. Tenia su marca. Imposible otro autor.  Tarde mucho tiempo en encontrarla. Pero así era. Es una foto de  Helmut Newton. La hizo para  un libro colectivo realizado por los vinicultores de Ca’ del Bosco; una de las grandes bodegas de vinos blancos del mundo.

Los que no somos pudientes no podemos beber los vinos del Bosco. Lo que no es grave. Los hay iguales y mejores por muchos menos doblones.  ¡Un Mar de Frades, por favor!  El resto, si podemos. Despelotarnos todos para comer espaguetis. ¿A la carbonara o le van mas con almejas? Usted decide. Ellas no. Despelotarse delante de la cámara por una bolsa de miseria, cuando no tienen que forzar la sonrisa, les da un toque melancólico, depresivo. Ahí radica quizás el profundo erotismo de la foto. Que por cierto es una mala foto. Esta movida.

Las demás fotos que realizo Newton entre los viñedos son igualmente malas. Los adoradores dicen que no estaba inspirado. Yo sigo manteniendo que era un problema estructural: no pertenecía a la cultura de la vid. Le faltaron ideas para plasmar el continuo entre sexo y uva, entre erotismo y caldo. Acertó en el deseo: pídale a su ninfo/ninfa que la próxima vez que le ponga los espaguetis se los sirva con eso: nada: todo, en pelota picada. Bon proveito!



sábado, 23 de mayo de 2015

Rotenboden: donde pasean ninfas de caderas bamboleantes


Todo lo que sube, baja. Lo saben todos excepto los políticos narcisistas. La mayoría. Mañana bajaran muchos, y subirán otros; que volverán a bajar. Uno debería interesarse por la lógica de tamaño ascenso y descenso. Pero la gente, como dicen ahora los modernos, en eso no piesan. Ellos, cabreados, tiran el vota haciendo subir o bajar a los memos de siempre disfrazados de otra cosa.

Los que vamos de viejo conocimos los tiempos en que la gente era pueblo. Ese colectivo que caminaba en masa hacia el lugar en  el que se suponía que estaba el progreso. Lo que no siempre era así. Mas de uno se llevo un trompazo abandonando la seguridad babuina del grupo. Todo un suicidio en los tiempos del narcisismo galopante de votantes y mangantes, a los que usted vota.

Les pasa a los que quiere disfrutar de la impresionante vista del Cervino o Matterhorn en los días de sol. El tren de cremallera te lleva en un santiamén a Gornergrat. De barato incluso. Llegado allí, el hotel –bunker- refugio- te invita a un capuchino fantástico en su terraza o un pinot grillo si es la hora del vermut, que dicen ahora los finos mareantes podemistas.

El atrevido ve el camino que sale de la vera de la estación y se tira monte a bajo camino de Rotenboden. Han visto el paraíso, los iluminados. El golpe es enorme. Cuando te hundes en la nieve polvo hasta las partes y mas. Aquello no esta hecho para andar ni con raquetas en invierno. Pura nieve en polvo asesina que te chupa camino de la asfixia. Pues repiten en procesión a pesar de estar avisados.

Después del café o el vino vuelva a subir al comboio para bajar seguro hasta la estación de Roterboden. Allí encontrara a mano izquierda del apeadero la pista que lleva a Riffelberg. Esta señalizada  con estacas, no tiene perdida. No hay nadie o casi nadie. Si alguien encuentra son los esforzados. Pueblo que sube haciendo esquí de travesía para tras el trabajo, en orgasmo triunfal, lanzarse por la nieve virgen montaña abajo. Ponga la música.

Los que somos pueblo, de trabajo de hormiga, gramscianos avant la letre, admiradores de la acumulación de fuerzas y del trabajo cotidiano, optamos por el orgasmo continuo y lo recorremos a pie, de largo. El paisaje es perfecto. Mas cuando las ninfas que lo acompañan se abanean en góndola celeste al ritmo de o mio babbino caro….

No desespere, al llegar a Riffelberg, en la estación, podrá comer como mandan, dormir si quiere, volver a coger el tren a Zermatt, o seguir pateando el camino monte abajo. Lo ultimo, se lo aviso por experiencia, no esta hecho para piernas no entrenadas. Es camino duro, agotador, entre el hielo en pendiente que no perdona. Si no tiene musculo ni material adecuando coja el tren. Si esta por la labor apreciara lo que ve. Aunque la iglesia  por mucho arte que emplee le joda el paisaje virgen.

Que no le jodan mañana el futuro votando a mentecatos.