miércoles, 2 de diciembre de 2009

Lovaina la católica


Mi ninfa particular se ha empeñado en seguir las recomendaciones que en coro angelical publican las páginas culturales de la sesuda canallesca europea: hay que ir a Lovaina, la católica. A ver la exposición de Rogier van der Weyden en el museo M, joya preciosista de la museística moderna. Fuimos.
Una desgracia.
No, Lovaina no, que sigue tan hermosa, puta y católica como siempre. O más, si usted quiere, ya que a pesar de la división de la universidad entre flamencos y valones cada día hay más estudiantes para marcar el ritmo de diversión inconsciente.
Desgracia es seguir a la masa emborregada según el modelo Pompidou. ¿Conocen?
Les cuento: Los museos desde que se inventaron no han dejado de ser cementerios de arte. Los pocos ociosos que se regalaban contemplando las maravillas de tiempo atrás, se perdían por las salas semivacías a ritmo de paseo entre membrillos en tarde de verano a 40 grados. Se acabo cuando inauguraron el Centro Pompidou en Paris. El primer espacio museístico europeo concebido como circo para las masas. A golpe de trompeta mediática, la clase media aburrida de si misma, se desplaza de uno a otro de los “acontecimientos del año”. Los directores de los museos ya no saben que inventar por seguir llenando las arcas de la institución en otro tiempo dependiente de la subvención del ministerio del ramo que siempre llega tarde.
Lo más grave son los cientos de empresas que se ofrecen a arrastrar la masa detrás de un guía, estudiante de segundo de historia de arte, amante separada del director de la misma, alcohólico letrado de familia de postín venido a menos… El guía no es el problema. Su narcisismo sí.
Se dedican a pontificar imbecilidades leídas en la guía de turno delante del cuadro de turno, mientras el público los escucha con cara de asombro por tamaña sabiduría. Contemplando al orador, no el arte. Lo más cerca posible de la pieza. No vaya a ser que se escape. Enseñar a mirar lo que no se ve debe satisfacer poco el ego. Pensar en el prójimo les resulta insufrible. Si usted no pertenece a la masa no verá nada. Mentarles a su madre no ayuda; no ve usted que están cultivando el alma, el espíritu y las neuronas agarrotadas. Lo expulsaran del templo de la nueva sabiduría por ateo terrorista.
No pique pensando que por haber reservado las entradas online se evitara problemas. Es una mentira. La facción viejerril, que no duerme, ya ha copado los primeros lugares antes de que se abrieran las puertas del museo.
Mejor que frustarse en los museos compre un buen libro de arte y mírelo mientras se maltrata en algun bar con elixires de los monjes. En Lovaina, la puta, y católica, por ejemplo

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