sábado, 16 de octubre de 2010

A donde ir


Es la pregunta de la semana. Un incordio. A medida que vas haciendo millas cada vez es complicado encontrar nuevos destinos que te exciten como antes. No lo hemos visto todo. ¡Qué va! Ni falta que hace. Por no decir que a veces es más grave: a determinados lugares jamás iré. Ni regalado.
A medida que te vas envejeciendo comienzas a buscarle acomodo a tus neurosis personales; aquello que otros llaman gusto. La vida también te marca los límites. Recorrer los acantilados de las costas de Europa a la búsqueda de los nidos de araos ya no es posible. Recorrer las pistas imposibles en una VW t3, tampoco. Cuando no había dinero era complicado todo. Ahora que algo hay es complicado el resto: todo.
Recorremos a husmear en la colección de guías de viaje. Perdernos horas detrás del ordenador intentando no confundir lo que es información con propaganda. Leemos alguna revista que nos cuenta quien la subvenciona, mas que nada. Algun blog enseña lo que otros vieron y se agradece. Seguimos buscando para llegar a la conclusión fácil que la semana que viene, si la huelga no lo impide, estaremos otra vez mas en Paris. Disfrutando de repetirse.
En el mar todo es más fácil. A dónde vas viene marcado por los puertos. A donde llegas, por los vientos. Los que tu jamás manejas. Como la vida, pues

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