lunes, 4 de octubre de 2010

Furgonetas


Me ha preguntado que hace una furgoneta entre fotos de surfistas. El que pregunta no ha probado las esencias del surf. Sin furgoneta no hay surf. Es tan vital como la tabla o la malla de neopreno. Forma parte de la estética surfera desde que derroto a la ranchera americana. Introducida por los europeos en California, consiguió el éxito total cuando invadió las costas de Tarifa.
Los surferos, furgoneteros, fregonetas, etc, es una amplia tribu que se formo con el auge del surf en Centroeuropa. Compuesta inicialmente por asalariados pudientes que bajaban en estos cacharros hasta las playas de las costas ibéricas para disfrutar unos días de asueto y volver a subir despendolados al tajo que esperaba el lunes.
Hoy en día, más viejos y aburguesados siguen llenan las costas de Galiza ,Tarifa y Brouwersdam.
Los hispanos los copiaron cuando pudieron. En los años del pelotazo económico. Importaban las Volkswagen T3 y T4 compradas de segunda mano en Alemania. Para presumir y de paso tocarle el sexo a las niñas que empezaban a dejar. Entre los descansos se tomaba alguna ola en Doniños o Patín. Algunos, más espabilados, se hacían con las Ford Transit nacionales, mucho más baratas y de más potente motor. Muchos se tiraron al vicio del home car. Hasta que descubren que dar la vuelta a semejante exhibición en la pista que te lleva a la playa mágica con la ola perfecta es un imposible. Por la portátil con las cervezas frías, el único otro lujo al que ya no se renuncia, no es necesario tamaña eyaculación. Pero ya saben ustedes que a los del sur les va lo de coche grande ande o no ande. Hoy siguen subiendo y bajando por las autopistas europeas.
Pues eso, si quiere tomar la ola, búsquese antes donde cabalgar sexualmente con su elección. Al fin y al cabo es de lo que se trata: de navegar siempre entre aguas

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