domingo, 22 de enero de 2012

Wissant, arquitectura de pescadores






Hay dos videos sobre la destrucción de la playa de Wissant por un mar encabronado. La inmensa playa, ocupada por una marea alta , viento favorable, y mar de fondo, desaparece. Las olas destrozan el paseo marítimo.
Lección sobre la existencia de imbéciles bajo cualquier pasaporte. Ahí, otro alcalde de mal recuerdo, estropeo las dunas para levantar unos bodrios de hormigón a pie de playa. Cerrados a cal y canto la mayor parte del año, acabaron de asesinar al pueblo.
Wissant fue en otro tiempo un puerto de pescadores que salían a buscar los lenguados de la Mancha. Escondido detrás de las dunas que lo protegía de vientos y mareas. La playa, fuera del pueblo, era lugar de trabajo y disfrute. Pero allí no se vive. Hay 300 días al año en los que el mar lo corroe todo.
Al alcalde ya lo defenestraron. Hoy lo siguen maldiciendo. El mar se sigue llevando las dunas como se llevó los bunqueres del alemán. Los veraneantes ven como sus casas sucumben. El pueblo sigue. Allá arriba. En sus casas blancas de pescadores. Hasta el viejo Hotel de la Plage, que siempre estuvo, se esconde detrás de la duna. Frente al mar, nada

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