lunes, 1 de septiembre de 2014

Iona, limitada de peregrinaciones: Iona Island & Iona Abbey en color



Hay lugares de peregrinación para pobres, como Fatima. Alguno para ricos, como El Rocío. Los hay para desahuciados, como Lourdes. Muertos de hambre, como en Hajja. Masoquistas, en Częstochowa…etc. La mayoría son pudientes. Algunos, incluso, como Compostela, son apoyados por multinacionales como Decathlon, que te vende el ajuhar completo lista incluida. Hay peregrinaciones para intelectuales ilustrados y devotos recatados; esos van a Iona.

¿Donde queda? En la isla del mismo nombre. Frente  a otra isla. La de Mull. En las Hebridas interiores escocesas. ¿A quien se le ocurrió montar el chiringuito allí? A San Columba. En 563, año de. ¿Quien era ese tipo? Un loco irlandés que se empeño en llevar la idea de la redención a los pobladores de las tierras escocesas.

¿Y eso a usted que le importa? Posiblemente nada. Pero debería saber que aquellos tipos, los mismos, fueron los que mas tarde, de vuelta a las mas seguras tierras de Irlanda, escribieron el maravilloso Libro de Kells. ¿Les suena? Si hombre, los cuatro libros incompletos del nuevo testamento decorados con miniaturas que hoy en día exhiben en el Trinity College de Dublin. Una de las joyas de la cultura Europea. 

La abadía fue en otros tiempos, cuando el centro de Europa se encontraba en la periferia, un lugar de importancia para la expansión de la idea del cristianismo primitivo. La mística de ser todos iguales si no en la puta vida al menos después del cementerio. La destrozaron los vikingos. Aquellos salvajes comerciantes del norte.

Hoy no solo es piedra. Desde hace años reside allí una activa comunidad ecuménica que atrae a cientos de cristianos intelectuales sedientos de la mística cristocelta. Hay que verla. Hay que ir.

Por cierto, si la quiere ver en blanco y negro, mas viva, mas realista, pinche aquí.




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