jueves, 25 de diciembre de 2008

Teoría sobre la destrucción del mar y el viento


Primero nos destrozaron Astano. Ahora le llaman Navantia pero no es lo mismo. Mandaron a la miseria intelectual a cientos de ferrolanos con el aplauso de los sindicatos. Dinero les pagaron. Se creyeron que en casa, sin nada que hacer, cumplían el sueño de todo españolito: vivir de gorra.
Las visitas al psiquiatra no se cuentan. El alcohol se convirtió en Nilo desbordado. Las otras miserias mejor no contarlas. Todavía duelen.
Dejaron de hacer lo que sabían. Barcos. Moles de acero para cruzar el oceano.
Cuando vino el hambre, todo se acaba hermano, se encontraron que no les dejaban hacer lo que desde siglos hacian, lo único que sabían: barcos.
Lo mismos, los de antes, decían que no se podía. Había que seguir chupando de la limosna del contribuyente. Si trabajar ya se nos olvido, hay que seguir viviendo de algo.
Como algo es mejor que nada, se sintieron satisfechos y volvieron a votar a los de siempre, los de antes, los de ahora, los mismos, el partido de los maestros. Listillos poseedores de océanos de miseria intelectual y humana escondidos detrás de las siglas psoe.
Ahora, cuando podíamos librarnos de la dictadura del viento , como cuando dotamos al primer barco de un motor para cruzar los océanos, cuando podíamos sacarle dinero a las suradas y nortadas que nos maltratan, van ellos, los mismos, los de siempre, los maestrillos, traicionando una vez más al país intentan vender el negocio al capital mesetariomediterraneo por un puñado de votos.
Miserables.

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