martes, 6 de octubre de 2009

Volver a Compostela


Volví corriendo a la infancia, la patria, antes de que entre el otoño. Llovía, ¡que raro!, en Compostela.
Se está convirtiendo en un rio continuo de imbéciles disfrazados de peregrinos. No hay que hacerle. Es el gran negocio comercial de la iglesia y los comerciantes de "sitio distinto". Si usted quiere ver Compostela como es, no ande, llegue. A ser posible un lunes en los meses de invierno. No se olvide que el Camino es un invento moderno, sin tradición. Aunque las guías le cuente otra cosa. Antes, viajar era trasladarse. El concepto de la temporalidad rápida no existía en la época en que lo mas rápido era una galopada entre carballeira y carballeira.
De aquella, los que llegaban, traían en su zurrón la experiencia del viaje, las recetas de otras tierras, los ritmos de sus lugares, las canciones que aprendieron, las ideas del otro lado. Y permanecían mientras duraba el eterno intercambio.
Hoy traen todos el i-pod en sus orejas con las canciones que ya aburren de tanto oírlas por la radio. La nada.

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