sábado, 7 de noviembre de 2009

¿Cuándo se cayó el muro de Berlín?


Dicen que fue el 9 de Noviembre de 1989. Tiempo ha. Los evangélicos alemanes presumen que lo tiraron el 9 de octubre. En Leipzig. Con mando a distancia, después de la gran manifestación que allí organizaron. Los históricos, y los historiadores, dicen que de eso nada. Los alemanes no tiraron el muro. Se lo abrieron los húngaros, también a distancia, cuando estos cortaron las alambradas que les impedía el paso hacia Austria el 19 de Agosto. El muro ya no tenía sentido; se podía ir al otro lado dando una vuelta. Salieron a miles hacia occidente. Los comunistas, que aquí todavía quedan, mantienen que el muro lo abrió el señor Gorbatsjov cuando descubrió la inoperancia del sistema.
La pregunta es importante ya que aquí, visto lo que se ve, y a pesar de concierto y juegos de artificio, la canallesca agitando la propaganda, y las calles más llenas de turistas que de locales, te das de bruces con un paisanaje que parece estar deprimido de tanta liberación. ¿Conduce la liberación política a un cuadro depresivo? Los psiquiatras lo hemos visto cuando los presos políticos latinos o iraníes podía llegar a Europa. Después de las farras y los vinos llegaba la depresión. ¿Cuál era su grano de arena en su propia liberación? Nada. Lo habían hecho los otros.
Wolf Biermann, el trovador germano ya lo cantaba el 1976: Lo más grave no era la tiranía roja, lo más grave éramos nosotros, nuestra cobardía, nuestra sumision...
Estos germánicos son unos románticos. ¡Cuánto narcisismo herido!

2 comentarios:

BOX8 dijo...

Yo estuve allí esa noche, ya tan lejana. Yo hacía mi tesis en Berlín con una beca generosa del gobierno alemán (tras la reunificación cesaron de becar tanto por cuestiones monetarias; yo me libré por lo pelos). Me llamaron para decirme que la gente cruzaba cerca de la Puerta de Brandenburgo sin problemas aparentes y que todo el mundo iba para allá. Pásalo, pásalo. Y allí fuimos, con un frío polar. A mí estas cosas no me emocionan mucho pero fue algo muy especial, de alegría a lo bestia (pelín acting-out, quizás, no sé, a ellos les encanta dar la imagen de los desmadrados que no son). Luego, los días siguientes llegaron las alucinadas visiones de Ossis (gente del este) cargando de todo en los carros de los supermercados, pues el cambio del marco estaba uno a uno, y para ellos era un regalo. Cuando veías a alguien con ristras de bananas en el carro, sabías que era del Este, pues allí los plátanos eran prohibitivos. Lo cierto es que era todo como fresco y muy divertido. Cierta amargura llegó después, cuando los alemanes del Oeste se sintieron arruinados por el gasto de la reunificación. Y a ellos el dinero les importa MU-CHI-SI-MO.
Ah! Una última cosa: Los germanos ¿narcisos, románticos? Quizás, pero me encantaba leerles el artículo de Manuel Vicent (EL ROMANTICO CORAZÓN DE UNA SALCHICHA), sobre ellos mismos en mis clases de español. No lo pillaban, no lo entendían y se mosqueaban conmigo. Excuso decir que para mí era divertidísimo provocarles. Se gustan tan poco los pobres...
Gracias por permitirme decir esto.
Saludos.

MarOceano dijo...

Si, los germanos son unos romanticos. No se puede decir otra caso del pais de Rilke, Holderlin o Wagner. Conozco el articulo de Vicent. Escribio una serie llena de topicos sobre los europeos. Nos reimos mucho. No hay nada como insultar con sarna lo que no tenemos -?o era envidiamos?- Yo tambien use sus articulos para provocar a los holandeses que define como los tipos que ya estan cocidos antes de que los invitados lleguen a la fiesta. Hay mas que eso.
Lo peor es la amargura de la libertad. Pero es lo que hay.
Salud!