lunes, 1 de marzo de 2010

Horta dos Reis


Aprovechando que ayer les salió la cena barata a nuestros anfitriones portugueses, al mediodía nos entro un hambre feroz que impedía llevar a buen término las negociaciones. Total, que apañaron la cartera y nos llevaron a xantar a la vuelta de la esquina. Con este nombre, Horta dos Reis, no sabes si alegrarte o desconfiar a mansalva. Uno, republicano militante, se da fácil a lo ultimo por aquello de haber crecido con la letanía “o reí parvo está sentado papando moscas en non ten ren que dicir”.
La vista sobre el Douro, Porto, Gaia, e "tras do mais alen" es hermosa si el tiempo le acompaña. A los cinco minutos de llegar volvió a caer el diluvio que nos persigue estos días. Convirtió la vista bucólica en algo tétrico que da más hambre. Nos agenciamos un salmón descolorido, con salsa de contenido imposible. Le dimos al vino. Un regular Vinho verde da casa de padre desconocido. Llego el Bacalhau com presunto e broa y ¡ah! hermanos, eso era cosa seria. El postre lo dejamos y saboreamos un café solo bien hecho. Volver no volveremos, pero la vista, si, vale la pena.

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