miércoles, 10 de noviembre de 2010

Paris 3 Las señoritas


Mujeres las hay por todas partes. Hembras en los mejores sitios. Ninfas escasean. Hay que buscarlas ya que se ocultan. Señoritas, en la rúa real de mi pueblo y en Paris.
Si quiere ver a esas damas de altura, no le queda más remedio que agenciarse un billete subvencionado por los pagadores de impuestos y volar rápidamente a Paris. Las encontrara a cientos en cada esquina.
No vaya usted a confundirse con las francesas. Ese mito, si alguna vez existió, ya se ha muerto. La mayoría de las señoritas que pululan por las calles de Paris hablan todos los idiomas posibles y de vez en cuando francés. Sera la ciudad lo que las atrae. O se transforman una vez que asientan por estos pagos. Es tema de una tesis doctoral para la que no tengo tiempo. Solo observo.
La señorita parisina -tanto versión local como import- es una hembra atractiva. Vestida “sencillamente” con modelos caros. Zapatos bajos. Bolso combinado. Pañuelo exquisito. Blacberry – que ordinariez lucir un i-phone- envuelto en lujosa funda, en ristre. Sutiles adornos en el pelo. Collar y pulsera “étnica” barato barato. Te castigan con el desprecio si las miras. Pierden el culo porque lo hagas. Seguras de ellas mismas se mueven como las olas del mar en calma. A su paso quedan aromas frescos. Las mas, Chanel numero 5.
En los bares consumen agua envasada o cappuccino con corazón. Se extasían delante de los comercios caros. Frecuentan las librerías. Visitan museos y galerías de arte. Se les ve leyendo la biografía de Max Weber o Just Kids de Patty Smit…
¿Entiende usted que carallo hago yo en Paris?

No hay comentarios: