lunes, 23 de mayo de 2011

Mientras que unos se ahogan, otros navegamos





Ayer, mientras que las tribus hispánicas tras untarse de vaselina votaban mayormente a los feijoitos locales, el mendas, europeo capitalizado a golpe de trabajar como un nórdico, trasporto a su particular tribu hasta Noordschans para comprarse un barco nuevo.
Aquí tiene a la vieja dama que me va a navegar los próximos años. Diseñada por Olle Enderlein se construyó en Suecia en 1978 bajo el nombre Nord 80 para el mercado Europeo -Nordic 27 para el Yanqui- por Nordverk Marin Ab en Ljugskile. Fue un éxito total. Un barco perfecto de 8, 23 m de largo para navegar por los océanos.
Encontré el Beluga, así se llama todavía, de casualidad. Acabado de traer de Amberes se ofrecía por un precio aceptable. Su dueño, belga sin patria, emigro al otro lado del océano y urge venderlo.
La ninfa de mis eso, que tiene alma de traficante fenicia, se arregló de la economía. Bajó el precio a lo imposible y el negocio estaba hecho. Para ponerle fuegos de artificio resulto que el viejo motor Volvo Penta MD6A fue completamente revisado en Alemania hace un par de años.
Solo queda cambiarle el nombre y llamarle como siempre, como a todos, Ceive, suelto, desatado, libre.
Complicada es la cosa de que ahora tengo un barco y un bote. El Drascombe hay que venderlo. Le pondremos una vela al ingenio para ajuntarlo a alguna cartera pudiente dispuesta a pagar lo que vale. Barato no será. Los polvos caros hay que pagarlos.
Si tiene envidia,¿qué quiere que le diga? En los pueblos que viven del aire solo da para que estas cosas sean juegos de capitalistas y no de los asalariados. Acuérdese de lo que voto ayer.

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