jueves, 19 de mayo de 2011

Un viajero no puede votar a los aduaneros



Ahora que ya han votado, eyaculación de su pensamiento, dejo leerles lo que les escribí hace unos días: ¡Ulises los habría tirado al mar! No por votar mayormente a la reacción. Sobre ideología ya está todo escrito: cada uno defiende cómo puede el volumen de su cartera. Tampoco por haberse quedado en casa pensando que el poder se toma ausente –abstinente- o vestido de capullo blanco. Conectar las neuronas es esfuerzo sobrehumano cuando poco se ejercitan.
Hostias, millones de hostias morales deberían de darles por haber votado a los aduaneros. ¡Así no hay quien viaje! Están haciendo ustedes lo mismo que las masas políticamente incultas del norte de Europa. Ante el rebumbio de la intranquilidad económica y moral, se tiran a la búsqueda de las seguras mentiras que calman el espíritu pero protegen menos que un condón rajado contra la gonorrea. Protejemos lo que jamás hemos tenido ya que siempre ha sido de ellos. Ponemos cancelas al aire y colocamos a cualquier esbirro uniformado para que controle el pasaporte de los ciudadanos honrados, bajo la mentira de que evitara que pasen emigrantes y maleantes. ¡Jodidos andáis! Esos ya entraron por la otra puerta para aumentar la plusvalía de los capitales depredadores que se nutren de la sangre de los hambrientos y/o los vicios de la clase media.
Les devolvería el pasaporte ya que es una jodienda tener ese documento que mantiene que uno pertenece a la tribu dos galegos mareantes de nazon. Pero, comprendan, con tanto aduanero suelto, necesito algo para cruzar las fronteras mentales que están organizando. No vaya a ser que también me confundan con otro exiliado del hambre.
Que su dios particular les cure el cerebro, ¡de tanta angustia se les está oxidando!

No hay comentarios: