Me lo encontré este verano en el Puerto Viejo de LaRochelle. Camino de Galiza Ceive. Habíamos hecho escala para no agotar el
cuerpo viejo. Allí estaba el rockero. Apalancado junto a las hermosas torres
que en su día defendieron la ciudad mas libre y roja del Atlántico europeo. Aun
lo siguen siendo. Lo uno y lo otro. Nuestro héroe tenia publico. Abundante. Una
clase de un grupo escolar que esperaba la Golondrina al Puerto de Minimes.
Al principio las canciones que ofrecía nuestro héroe no
acababan de convencer a los escolares. Demasiado Hendrix en formato bochornoso.
Hasta que se giro y contemplo a su publico. Entonces si, el mejor rock francés de
los años 80 con la pasión de un púber.
Lo dejamos con su publico. Algunos viejos aprendieron la
historia. Si te paras te caes de la bicicleta y se acabó el pedalear. Por eso
aprendan la lección. Hay que seguir hasta que el alma se acabe. Que el cuerpo
siempre resiste.
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