sábado, 8 de septiembre de 2012

La proletaria de Ferrol y comarca


Le acaban de escribir un epitafio aunque la forma parece un panegírico. En la prensa española, nota bene. Ella que iba de vanguardia del proletariado fue rebajada a barby revolucionaria por uno de los viejos lideres de la causa.
Mal comienzo de la fiesta con la que sueñan. Nuevo no es. Los que pasamos por allí la infancia sabemos que aquellos obreros ilustrados son los tipos mas reaccionarios de la vuelta. Odian al país con militancia. Tienen la capital imperial como referencia. Es lo mas parecido que consiguieron elaborar en sus molleras confundiéndolo con el internacionalismo proletario. Se matan por hablar el idioma de los señoritos. Sus hijas competían y compiten con las nenas de la marina o el “jolibu” de la plaza de España.
Vestidas a diario de domingo mantienen que ellas no son menos. Lo son, lo seguirán siendo. La copia no es mas que la caricatura de la frase terrible pero cierta: No hay opresor mas infame que el esclavo con un látigo en la mano.
Ahora nos venden la imagen de madre feliz y laboriosa... Con el asentimiento de los metromachos trenkaportantes. Les da por el culo, que los hijos no son asunto de ellos, pero la progresía hipócrita cuida mucho lo políticamente correcto.
A ninguno de la parroquia, que no viajan, se le ocurrió insultarla como se merece. Uno, en los países serios, los políticos no pasean a sus hijos para cautivar votos, ya que el respecto a la intimidad es oro en paño.
Dos, en los mismos países, ninguna madre militante, maltrata al prójimo con su vida privada, ya que si estamos allí es por otra cosa, y no para el cultivo de churumbeles.
Tres, y lo mas importante: los partidos y organizaciones serias, demostrando en la practica lo que predican, facilitan que las mujeres madres puedan participar activamente en todas las decisiones de la vida. Eso implica que no hay reunión, concilio, papadoira, o lo que usted quiera, donde no exista una guardería donde dejar a los niños mientras mama hace la revolución. Aunque se pierdan la foto. Claro que frente a los que venden la emoción, la revolución seria es vender las ideas. ¡Coman ajos!

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