domingo, 14 de octubre de 2012

Anotaciones a “Hoy he votado BNG”


El 6 de octubre, sin ánimo de incordiar, escribí  un post con el intento de explicar una verdad de Perogrullo: lo más aproximado al paraíso existe ya en muchos países de Europa, en donde viven millones de habitantes. Sociedades construidas por tipos y hembras igual que nosotros. Si vivimos a años luz de ellos no se debe a desgracia divina ni influjo de las mareas. Se trata simplemente de usar el arma más potente que tenemos, el voto, con la cabeza, la racionalidad, el pensamiento. Votar, o no votar, simplemente por cabreo es lo mismo que martillarse los dedos.

Pues ni eso se puede. No se muy bien como, pero unas 1600 bajadas del texto se han realizado en una semana. Además de algunos comentarios en el blog he gozado de abundantes mails públicos y privados. Visto el éxito, y para no morirse del susto, permítanme unas impertinencias mas. Ustedes se las han ganado.

El país mejora. Solo dos me han insultado. El primero, un mentecato con medio neurotransmisor cerebral que solo usa a tiempo parcial. Después de llamarme imbécil, me escribió que Galicia ya era el paraíso bajo la tutela del señorito Feijoo y los años de cimentación profunda realizados por el Fraga. ¡Uno sin enterarse! ¡Que afrenta para la unidad de las tierras y hombres –de las mujeres no dice nada- de España! Lo ultimo sin recochineo. Sin que yo sepa muy bien a que venia, acabo escribiendo que como separatista que soy  era mejor que me quedara donde estaba.

El otro insultador fue breve. El votara al otro señorito de la patria, el Beiras. Solo un imbécil como yo no sabe que en este autobús se va directamente a la parada revolución. Les confieso que de la sorpresa inicial he pasado a la compresión absoluta. El héroe señorito no hace otra cosa en sus discursos: siempre hiriendo, siempre insultante, siempre apocalíptico. Como va a resolver los problemas de la vida cotidiana, esas miserias, todavía no lo hemos oído.

Una manchea de compatriotas me han dado las gracias – mayormente grazas-. De nada no les digo. Más bien de mucho. De las muchas ganas que me han quedado de seguir explicando que solo se llega a la hegemonía haciendo pedagogía y no levantando pancartas. Aunque también tengan que pasearlas.

Unos cuantos me han cultivado el ego por la escrita. De agradecimiento eterno hermanos. Que aunque uno no fue a convento de curas y las monjas lo expulsaron por rebelde, el uso cotidiano de varios idiomas me ha despertado el ritmo de la escritura.

Hubiera querido explicárselo personalmente al lusista que me desautorizo simplemente: escrito en español. Ya saben, ¡van jodidos! Toda palabra en el idioma del imperio es contagiosa. Tapen los ojos, pongan cera en las orejas. El pronto me salió defensivo: a mí, que me dieron de golpes en la escuela por decir chan y no suelo. A mí, que me represalio el franquismo por organizar las primeras clases de gallego que se dieron en la facultad de medicina de la universidad compostelana. A mi, que he publicado artículos científicos en gallego, que escribo todos los días en diferentes soportes en esa lengua, que hablo varios idiomas además del propio…a mi me entro el pasmo de no comprender como alguien no entiende que un blog escrito en español publica en español.

A mi me entro la risa con los cuatro y medio –el ultimo duda después de la disputa- camaradas que me afearon que mi problema, simplemente, es que no me entero. ¡Neno non te enteras! El educado y honrado lo achaca a tu condición de emigrante y te explica su versión de los hechos. El resto va al grano: vuelve y mira. Lamento comunicarles que no vuelvo ni loco. Lo que ustedes piden es un imposible. No se puede volver a donde nunca te has ido. Lamento ademas informarles que yo, como muchos emigrantes letrados, leídos e interesados, tenemos un conocimiento mucho más elevado de su realidad que el propio.

No es una barbaridad. Yo trabajo en los Paises Bajos. Pateo Europa, que es mi casa. Igual que usted va de Coruña a Compostela yo voy a desayunar en Amberes, como en Bruselas y voy al teatro en Paris, a donde llego antes desde mi casa que usted de Coruña a Vigo. A Madrid no vamos, pero a Barcelona cada dos días. Las operas en Viena. El teatro en Berlín. Ya puestos a mirar libros, léalo aquí, la feria de Frankfurt. Usted presume de palpar lo que yo no puedo: el latir de la calle. ¿Qué calle? La calle en las sociedades modernas ya no existe. En la época digital las rúas ya no son el motor de la vida. Tan solo el escenario donde se representa el teatro. Los guiones se escriben en los consejos de administración de los bancos, el despacho del director de la voz infame, los juzgados de los amigos. Ya no hay guionistas en la calle, en las iglesias, en los cuarteles, en las reboticas,  en los casinos. Los contradiscursos se escriben en línea. De la vietnamita pasquinera al blog provocador. Del boca boca al twitter. Por eso amigos, aunque les pese, estoy ahí, estamos ahí, aunque no nos vea. Dando guerra. Hoxe votando BNG

 

 

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