martes, 2 de octubre de 2012

Los dineros para dar la vuelta al mundo


Los que nacimos en el comienzo del mundo tenemos una brújula distinta a los mesetarios. Para nosotros lo que esta al otro lado del mar Océano  es territorio a conquistar, ver. A la espalda, detrás de la montaña, en esos campos de mala hierba, nada atrayente hay.
Hace siglos que partimos. Sin romanticismos. Que salir a pescar xurelos si, pero para ir al Gran Sol hay que tener muchos huevos y muchísima mas hambre.
Llevamos, pues, la vida viajando. Eso nos ha enseñado que aunque todos llevemos la boina en el bolsillo, el mundo hoy se divide entre los que se han atrevido a cruzar a "Ponte das Pías" y abandonar la miseria; y los que siguen esperando al héroe redentor que los libre de los males, señor. Aunque el caudillo que una vez y otra llega no haga más que expoliarlos.
A fuerza de partir sin nada, sabemos que para recorrer el mundo no hay que tener pasta.
Es máxima de los viajeros: cuanto mas tienes más cerca te encuentras. Viajar de ligero, con muchas ganas y poco equipaje es la forma de llegar lejos. Como el mejor sistema para aprender idiomas. Cuantos menos te entiendan mas te apuraras en deletrear lo que ellos hablan. Es evidencia de supervivencia.

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