jueves, 4 de octubre de 2012

Si vas a Paris cuidate de los jodidos rumanos

 

Ahí la tienen. A la muy pécora. Haciéndose la disimulada. El macarra que la acompaña en la distancia, tan pronto me vio la cámara en la mano salió escopetado. Los locales al paso te avisan: ¡peligro! ¡Rumano!
 Tenia en la mano el mismo anillo dorado que otra de la misma calaña nos enseñó en la plaza de las Tullerias minutos antes. El método de acción es el mismo. Muestran un anillo dorado inmenso, oro macizo se supone, manifiestando insistentemente que se te ha caído de tu bolsillo. Si lo coges estas cagado. Serás desplumado.
El resto de los jóvenes de la banda practican métodos menos sutiles. Se te acercan en manada para que firmes apoyo a lo que sea. Causas muy dignas. Para automáticamente exigir por tu firma el impuesto de revolucionario. Antiguamente esperaban al pardillo que enseñaba la cartera. Hoy te rodean y te despluman al momento como vi que hacían con unos viejos japoneses.
En Paris, al menos en las zonas turísticas, el juego al gato/ ratón con la policía hacia que desaparecieran rápidamente. Hoy tenemos al polizón combatiendo no se sabe que y los lobos han salido de las guaridas. Bandas de jodidos rumanos por las Tullerias, el Louvre, Norte-Dame.
Vamos, que te haces de derechas y te acuerdas cuando Sarko los enviaba en avión de vuelta a su miseria. Para volver a empezar el ciclo. Hay gente que no sabe vivir sin delinquir. Que trabajar no es para todos digno. Pregúnteselo a los vividores del seguro de desempleo norte europeo. En el mundo hay mas parásitos que parias gitanos. Aunque usted crea como Rousseau en el hombre bueno.

 


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