El titular es de rompe y rasga. Nada menos que donde
Paris se relaja. ¡Buen provecho! Una vez más una de estas revistillas de viaje
que se pusieron de moda en los años del pelotazo vuelven a mentir por pasiva.
De algo hay que vivir, los intereses de los anunciantes, que las ventas no dan
para tanto sueldo de directivo y tan poco de plumilla.
Si usted se fía de “El Viajero” tendrá que coger el metro hasta
el canal de Saint Martin. (Republica líneas 3,5,8,9,11) si anda por Paris. St-
Martin apareció por primera vez como lugar de moda cuando uno de estos ingleses
que escribe desde su casa lanzo el lugar en la última revisión de las guías rojas
de Paris. San Martin no es más que un “barrio popular” donde algún espabilado
pinto la fachada de su tienda con bote de pintura irlandésa. Bares, tiendas baratas, chinos a
todo cien, una librería de pocos libros… Poco hay que ver ya que como usted
vera en las fotos del reportaje es más de lo mismo desde distintas
perspectivas.
Interesante es el sistema de esclusas que antiguamente permitían
la entrada de las gabarras que venían del norte, cargadas de carbón y textil en
Paris. El largo canal subterráneo todavía se puede visitar navegando en una de
las golondrinas de Canauxrama. El canal se ha convertido en lugar de juego para
jóvenes y no tan jóvenes que en las tardes de sábado y mañanas de domingo
compiten con sus veleros de juguetes.
Lo que si hay, a mazo, son manos interesadas en su bolso,
su bolsa, su monedero. Esta usted avisado. Desde la plaza de la Republica entra
usted en territorio comanche. Eso que los pijos escritores de guías llaman un
barrio popular. Si l e entra la vena quiere ver como se lo hacen los franceses,
váya a la Plaza de La Bastilla y sus alrededores. Es lo mismo y lo dejaran en
paz.
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