El día que me jubile, con la pensión maravillosa que me
van a pagar, me comprare un apartamento aquí, enfrente a uno de los muchos cafés,
y a vivir hasta que la maquina se apague.
Perfecto sueño de noche de invierno. Para empezar por lo
de la pensión. Que si llego a que me paguen algo será para no tener que andar
revolviendo en los contenedores. Llámenme alarmista. Ya verán como se lo montan
los padres de su patria los próximos meses.
Lo de comprar era si me tocase alguna primitiva, ya ni
con el cupón llega. Aquí solo viven los ricos, los mangantes, y los violadores.
Lo ultimo, para los que no leen Hola, por el follador francés expresidente del
FMI; que mantiene en estos altos un adosado de mil tantos metros.
A lo que iba, como lugar es esplendido. En la inmensa
plaza, bajos los soportales, alternan cafés, restaurantes de todo precio y
calidad, galerías de arte. En horas punta un cuarteto mozartiano, arias de
Wagner, la copia perfecta de Brel, o los cosacos del Volga milla mas arriba o
abajo. Puede pasarse usted todo el día contemplando gratis los múltiples espectáculos.
¿Dónde dan tanto por tampoco precio? Mientras nuestros alcaldes reaccionarios
persiguen a los trovadores de las calles del sur, al ritmo de pedir es
indecencia. ¿A esos padres de la patria es a los que usted va a votar hoy?
Comprenda, no, siga paseándose por los soportales de des Vosges, aunque solo sea, hoy, con la imaginación.
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