domingo, 21 de octubre de 2012

Los domingos no son para descansar

 
Por mucho que usted haya sido educado en las esencias cristianas los domingos no son para descansar.

Si usted tiene tiempo sobrado incluso puede ir a rezarle a sus dios –o diosa- particular. Se le admite un vino de mas, cinco cafés, dos periódicos, el suplemento dominical, un polvo mañanero, desayuno sin prisas, la formula uno en la tv, pintarse los labios o afeitarse las partes…

Vamos, lo que usted quiera menos descansar. La gran falacia de la derechona conservadora es que el cuerpo se recupera haciendo nada. De la nada nada se saca. Lo saben hasta los que no tienen muchas neuronas funcionantes. ¿Duda? ¿Cómo se siente usted en esas tardes de invierno en que se ha quedado apirolado delante de la televisión sin power ni para que se le exciten las hormonas?

Aproveche que todavía esta a tiempo. Haga lo que hace el resto de Europa: Lavar los dientes, ducha rápida y barata, camisa de descanso, café y hoja parroquial, contemplación del espectáculo del mundo.

Y hoy, si es usted galaico o vasco, no esta autorizado a poner sus posaderas en la silla si no ha acudido antes a botar, con b, con su voto, con v, a los que les maltratan. No tenga miedo que el vaso de vino, seguro, no escapa ni marcha.

No hay comentarios: