domingo, 28 de junio de 2015

Cabo Ortegal; cuando hasta la historia te roban





La historia de esa cosa que llaman España es el relato de una invención interesada. No me refiero a las mentiras piadosas que cualquier país se inventa, al estilo de la espada del Cid,  el victorioso Pelayo, la honda de Viriato, la reconquista de ocho siglos, etc.

El relato de lo que ocurrió es una sarta de falsedades enlazadas como proyecto político. Al modelo de lo que ahora nos cuenta la prensa de los amos sobre los arruinados griegos. ¡Toma castaña con los demócratas europeos! ¡La mayoría aplastante del democráticamente elegido parlamento griego escoge realizar un referéndum para consultar al pueblo y estos defensores de la Europa del capital lo tildan de no democrático!

Volvamos a Ortegal. Para contar la historia falsa, han tenido que reinventar la geografía falsa. En el cabo, frente Os Aguillons, lugar  de peixe, percebe y mala onda, dice el cartel de la autoridad que allí acaba el Atlántico y comienza el Cantábrico. O viceversa.

Nunca tanto supimos. Allí, de siempre, estaban los limites del Mar Ártabro. Ese que iba de Cariño hasta Malpica. Con Cedeira, Vila Podre, Ares, Redes, Pontedeume, Sada, A Cruña, como puertos del mar de todos. El Atlántico, el Mar Atlántico  de los mareantes de altura, siempre fue Mar de Fora. Comenzaba mas allá, donde no se ven las gaviotas.

El Cantábrico por mucho que se empeñen ahora nunca fue mar gallego. Aunque geográficamente digan los libros que comienza pasado el cabo de Estaca de Bares. El universo define el Cantábrico con otro nombre: el Mar de Vizcaya. Que no se me alteren los patriotas. Siglos pasados se nombraban a todos los campesinos vascos bajo el epígrafe de navarros. Le guste o no.

Puede usted decir que se equivocaban y se equivocan. Ellos y los vizcaínos eran los que navegaban por esas aguas y los otros, los que escribían la historia, no pasaban de mirar las ondas desde Santillana del Mar.

Así vamos, cambiando la realidad. Nos va de miedo, salimos de la crisis, los comedores de ajo son vagos, al futbol no nos gana nadie…. Mientras tanto le recomiendo que con mesura se meta por esos caminos del mundo y llegue a Ortegal. Si es posible en invierno y con tiempo de perros. Contemplara el paisaje terrible, hermoso, brutal, puro. La fuerza del mar. Ártabro. Queiran ou non.




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