sábado, 27 de junio de 2015

La playa de Porto, en Covas; tierras de Ferrol e fame


Llegando a la pista que te lleva a la cetárea de Covas, en Ferrolterra, hay un camino mal asfaltado que te lleva a la playa de Porto. Lo de playa, con arrogancia ferrolana. Diga aspiraciones. No pasa de ser una cala protegida de la mayoría de los vientos, usada por los lugareños en su versión autóctona o veraneante. Los últimos, insoportables. La mayoría pendejos que se acercaron a estos lugares a través de su pertenencia en la Armada o, en otros tiempos, artillería de costa. Se les nota en el porte de lechuguinos que llevan. Aunque ahora vayan todos con el bolsillo agujereado y muchos pasando hambre. No lo notara, que los ferrolanos, pueblo distinto, jamás dejaran de pensar en el que dirán. ¡Antes muertos que andando con el ego derrotado!

Los locales también se dejan notar. En eso. En que se les ve como militantes de la cofradía del trabajo. Allí no van a cultivar el moreno. Esta tribu se distingue entre los mas, los mareantes del percebe, y los menos, los buceadores de lo mismo. ¿Que es lo que no entiende?  ¿No ve que estamos en Galiza?

Los mareantes de bote se dejan ver. Llevan rasqueta y red. Salen según las mareas. Van y vienen. Venden la mercancía en cualquier esquina, los bares de la zona,  la pescadería del pueblo. Los mareantes de la goma se dejan ver poco. Van a deshoras, siempre en marea baja. Lo que llevan no se ve. Lo que traen tampoco. Son los desalmados que roban la cosecha desprotegida. Todos saben quienes son. No son los de mas hambre. Si no los mas filloputa. Mientras, no pasa nada. Que el mar, como la tierra, esta en manos de los mangantes. No hay mayor dolor que el del hambre, dicen. Aquí es mentira.


Puede hacerse el despistado. y contemplar el paisaje. Nosotros íbamos a asar chorizos y follar a la Chitina. Ahora, de mayor, incluso vamos a bucear y pescamos imágenes. Otros algún sargo o un san martiño que se ponga en línea. Centollas casi no hay. Pulpo ninguno. Mejillones inmensos.... ¿A que van ellos? Pero hombre, ¿a que van a ir?. Al oro de las rocas batidas: os percebes




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