Aparcamos en la playa de Glen Brittle. Al
lado del hermoso y primitivo camping. Buscábamos la foto del Black Cuillin.
Esos picos míticos de los montañeros anglosajones. Foto, digo.
Salió de su Renault Espace disfrazado de
safari. Iba de safari. Un viejo alemán con su ninfa. Tan enamorado de ella como de Escocia,
a donde acudía cada dos por tres. Mientras se disfrazaba de montañero nos
dio una homilía dominical sobre la imposibilidad y peligros de un día como este
subir a los picos del negro Cuilling. La explicación de que ese no era el
destino por mucho que intentamos jamás llego a oírla. Pasion versus razón.
Como alternativa nos ofreció otra ruta que
el estaba dispuesto a patear. Seguir el camino de la costa hasta la punta de Rubh’an Dunain. Donde se encuentra Loch na h-Airde. Alli podía contemplarse una construcción
de “los vikingos” –lea antigua- por donde llevaban los barcos a tierra.
La salida de un sol radiante nos animo a
darle a los pinreles. Aquel tipo llevaba colgado un GPS que contemplaba de vez
en cuando. Lo explicamos como la opulencia de estos hijos de la Alemania que
como lo tiene todo siguen adquiriendo lo innecesario. Error de apreciación.
Aquel aparato era lo que nos faltaba cuando de vuelta no encontramos el camino
en aquella turba en la que no hacías mas que hundirte. ¡Cuídate de prejuicios e
ideas predefinidas caminante! Tuvimos que rendirnos a la contundente precisión alemana.
Siempre saben lo que hacen.
Para no hundir el ego, le comunicamos que
lo solucionamos con la trabajosa alternativa gallega de descender por los
acantilados hasta la beira del armar y allí, sacando nuestro cromosoma de
percebelleiro, saltar de roca en roca, kilometro a kilometro, hasta recuperar
el camino de los aduaneros. El esfuerzo atroz y el cansancio fue ampliamente
compensado. Perdimos algunos mosquetones y el orgullo en el camino pero podemos
contarlo.
Si va, lo que le aconsejo, haga como el alemán. Agénciese un mapa – antes- y lleve un GPS. El camino, el paisaje, es insuperable
Si va, lo que le aconsejo, haga como el alemán. Agénciese un mapa – antes- y lleve un GPS. El camino, el paisaje, es insuperable
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