jueves, 21 de enero de 2016

Si va a Córdoba visite la mezquita y olvídese de la catedral




Se repite hasta la saciedad aquello de que la historia siempre la escriben los vencedores. No es siempre cierto. La historia la escriben los que detentan el poder. Que no siempre son los que ganan. Pero no siempre es la que queda, la que el pueblo transmite, y mucho menos la que en el tiempo, en el devenir de la propia historia perdura.

Los mangantes  del cabildo cordobés argumentan para justificar la destrucción parcial de una de las mezquitas mas hermosas del universo que aquellos construyeron la mezquita sobre una iglesia visigoda. Se admite la posibilidad. De que alli antes hubo otras cosas. Alguna vez fue también tierra pelada o un campo de alfalfa. No por eso convertimos la mezquita en tienda de hortalizas.

Alli se construyo una mezquita que fue y sigue siendo un monumento único para la humanidad. Alli la curia ilustrada destruyo en parte la mezquita para levantar un bodrio cristiano después de hacerse con el permiso del emperador Carlos primero. Contra la opinión manifiesta del consistorio cordobés. Aquellos cordobeses lacayos del poder ya conocían las acciones de los padres de la iglesia. De nada les sirvió. Maltrataron la mezquita pero perdieron la guerra. El emperador visto la infamia confeso arrepentimiento eterno por haber facilitado esta. “Habéis destruido lo que era único en el mundo, y habéis puesto en su lugar lo que se puede ver en todas partes”. Tarde piaches dicen los gallegos.

Hoy siguen manteniendo las prebendas. Apoyados en las provocaciones de los igual de montaraces islamitas que perdieron hace siglos lo que alguna vez levantaron. Los turcos ya demostraron con buen hacer cual es la solución en estos casos con la Santa Sofía de Constantinopla o Estambul o Istambul si usted prefieren: Ni para unos ni para otros. Monumento publico sin capacidad para el culto y contemplación eterna de lo que el pueblo quiere ver: la hermosura de una arquitectura levantada para demostrar el poderío del señor de turno.

Si tiene paciencia le contare uno de estos dias lo que por dentro y fuera debe de ver.




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