lunes, 21 de marzo de 2016

La Provence o Provenza


No debo de ser el único visto lo concurrido que esta. Es mas, la guía de la región francesa es una de las mas vendidas, cuentan los libreros. Tiene duende, dicen los pijos españoles. Máximo si les cuento que uno, que allí ya estuvo, no se emociona por aquellos pagos. ¿A que he venido?


Larga historia. A relajarme. A salir de lo cotidiano. A perderme por aquellos espacios.  A ver campos de Lavanda que todavía no han crecido…

No he venido a comer su asquerosa comida. Recuperamos: esa bazofia que te dan en sus restaurantes a precio de oro: aceite por doquier en tomate seco, tomate mas seco y proyecto de tomate crudo, acompañado de soberbias aceitunas siempre demasiado saladas. No se preocupe que luego el medico de cabecera ya le receptara un antihipertensivo.

Debería de saberlo. Provenza jamás fue tierra de ricos. Comían base mediterránea que consiste en hacer a la brasa lo que se puede, que es poco. Todo básico. Hasta la bullabesa que hoy te dan llena de pescado fue en su tiempo un plato ligero de  camuflaje y de un solo pez. El que daba para engañar el hambre durante meses.

Pues entre una y otra idea vamos bajando. Esta vez nos acompaña la vieja guía Michelin, que lo cuenta todo, y dos hermosos libros sobre mitos. Sobre los mitos. Del mito griego, el padre putativo de la Mitologia, y sobre la construcción, manipulación, de los mitos ingleses, como muestra de que el poder siempre engaña. Son libros para llevar a La Provenza. Leerlos bajo un olivo, resguardados del viento de la tarde que siempre sopla. Entre el vaso de  rosado para los que pueden y el café que siguen sin saber hacer estos franceses.



domingo, 20 de marzo de 2016

Volver a la carretera

  
Te puedes quedar en casa delante de la televisión. No ves nada. Aunque mires. Que si los Podemitas se destrozan con narcisismo infantil. Que si los turcos nos sablean como hicieron siempre que pudieron. Que si dejamos de hacer el primo ya que  dar de comer al mundo esta muy bien pero cuando llega la cuenta resulta que la caja esta mas que vacía. Etc. Llene con lo que mas le apasione o disguste.

Puestos decidimos volver a pasar por la gasolinera y llenar la furgoneta de gasóleo, café, y demás proviandas necesarias para recorrer millas.

Podríamos habernos también quedado esperando la resolución de lo inevitable: la muerte. Pero usted ya sabe que los gallegos en esto de animas somos muy duchos y todos sabes que que sin excepción nos vamos a morir. A no ser que usted sea suicida manifiesto, ni el día que esta anunciado suele coincidir, con lo que le aconsejamos que se vuelva poner en el camino. Cuando llegue la hora –que siempre llega- ya vendrá. Mas o menos. Que tampoco dice nada la cosa: “ten dias” . Y de llegada, ¿qué importa donde estar?

Lo ultimo dicho también sin sorna. Cuando las piernas no te responden como quieres, lo del camino, se convierte mas en esfuerzo que en diversión. Pero no vea, ¿oiga? El placer de llegar a donde quería ir.

Seguiremos informando. De momento, que sepa, que con bastón y silla, seguimos en la carretera.


miércoles, 3 de febrero de 2016

Imbecilidad suiza: el tren a Jungfraujoch (Top of Europe)



Aunque no se lo crean es verdad. Los siempre sesudos suizos han tirado el dinero por la ventana y gastado los francos en construir el, presumen, ferrocarril mas alto de Europa. Si es el mas, o un centímetro menos no viene a caso. En los meses de invierno discurre el trayecto entre la nieves y el hielo. Sin dejar dudas de que aquel lugar es excepcional.

El tren no tienen destino. Es una inutilidad total. Fue construido a golpe de muertos por un visionario suizo que mas debería llevar el diagnostico de psicótico. Los suizos no lo usan. Los viajeros tampoco. Tiene un precio que solo algún despistado chino o japonés se atreve en sentarse en aquellos sillones de tapiz. Te lleva al frio. Al hielo. Te lleva a donde ni paisaje se ve ya que siempre esta embrumado.

Sirve para las fotos. Todos hacemos postales al renqueante tren mientras empieza la subida cuesta arriba. Hasta que desaparece entre los túneles que han tenido que levantar para protegerlo de la ventisca. Si ya no veías mucho, ahora ves nada.

Alli, en lo mas alto del monte. Estupidez de un mal llamado visionario. Solo consuela una cosa. Lo pagan ellos. No los contribuyentes. Suizos pues.

martes, 2 de febrero de 2016

Islandia, eligiendo rumbo



Me llaman para preguntarme que hay que ver en un viaje rápido en Islandia. Lo que hay que ver ya se lo escribí en estas paginas. En viajes rápidos se mira poco y se ve nada. Las prisas son el veneno del viajero. (Añada el suicidio del navegante) Una especie de pócima que te tomas hasta que lastrado del veneno pierdes la nación de ver y te conviertes en un imbécil coleccionista de objetivos, targets que dicen los modernos.

Solo tiene que leer los blogs de ellos y sus amigos que cada día nos cuentan con gran heroicidad que hoy han puesto una nueva marca en la culata. Han llegado 5 metros mas lejos que ayer aunque el paisaje siga siendo exactamente el mismo.

Comprendo que en la sociedad moderna no tenemos todo el tiempo del mundo. Ya no estamos para movernos en caravanas. Los dias tienen 24 horas y el segundo vale oro. Pero entre la quietud plena y andar todo el tiempo corriendo hay un mundo.

Pateando Islandia, sigamos en aquellas tierras frías, deberás de cuidarte de no ser arrastrado – literalmente- por la jauría de turistas asiáticos. Han gastado un dineral para llegar a Europa. Es licito que le saquen jugo. Lo hacen con disciplina de masas. Corren literalmente entre foto y foto. Detrás llegan las masas indias en indonesias, el nuevo turismo, y vemos lo mismo. Los yanquis coleccionan targets. Los europeos postales. Se repiten hasta la extenuación.

Por eso reivindico como el nuevo arte de viajar aquel que usted realiza en su vehículo –propio o alquilado-. Después de haberlo planificado en su dacha en las noches de invierno. Y mientras que va y viene, modifica el rumbo lo necesario; ya que nada hay mas irregular que el curso de las horas. No se me pierda que no es literatura. Es el arte de viajar: Hoxe eiqui, mañan acola. Vaya a cualquier lado. Siempre hay algo y mas que ver. En la ruta del norte. En la ruta del sur.



lunes, 1 de febrero de 2016

Lecciones de Islandia: los vehículos para la aventura (¿o era el viaje, el camino, la carretera, etc?)


Cuentan que el ultimo Land Rover Defender ha sido fabricado. Se acabo el mito. 70 años construyendo un vehículo mediocre a golpe de bombo y platillo. Imagínese como eran los de la competencia. ¿Peores? De eso nada. Cualquier Toyota Land Cruiser siempre fue superior. Les faltaba el sexy. En lenguaje moderno.

Los apasionados discuten ahora en las noches de invierno si dentro de pocos tendremos alternativa al Land Rover. Una perogrullada. No hay alternativa. No se necesita. En el mundo moderno hemos asfaltado los destinos de la vida y ya no es necesario aquel tractor civilizado que te llevaba por donde ni corredoiras había.

Aunque algunos se empeñen en conservar la estética.  Todos los veranos cientos de europeos recorren las pistas de Islandia en esos cacharros imaginando el esfuerzo innecesario. Que de vez en cuando un local en una simple ranchera haga el recorrido no hay que verlo. Hay mas destinos, no crea. De Laponia al África de cuatro carriles. Yo incluso  de verano también recorro las pistas de tierra de mi infancia. Imaginando. Conclusión, lo del 4 x4 es para cultivar la testosterona. Ahórrese la plata.


¿Le entra la depresión estética? No debía. Que el Land Rover mítico deba ser enterrado no quiere decir que usted siga viajando en el Sinca. Mentalmente hablando. Hoy el vehículo para la aventura se llama una furgoneta. Modelo el que usted quiera. Completa o en eterno proyecto. Aquella que lo lleva, lo cobija del frio, le da de dormir gratis, le sirve para los polvos, los lodos, el transporte de las gangas del camino. Aquella que siempre disimula, camuflando la privacidad que el viaje implica. No hace falta llevar la tabla de surf en el techo anunciando la colonización mental Californiana como ahora estilan los modernos. Lo que si hay es que salir a la carretera. Esa, lo de la aventura. La que hoy esta asfaltada.