sábado, 5 de mayo de 2012

Bucear en Le Serpent


No hay peces de brillantes colores. Ni aguas azules ni transparentes. ¿Calor, eso que es? El agua está congelada, amarillenta de la arena en suspensión que lleva. La visibilidad mala a matar. Con suerte eso sí, lo visitara una foca o los cientos de nécoras que se arrastran por los fondos. Pero a eso no van. Los buceadores nórdicos acuden en peregrinación uno detrás de otro a sumergirse en las entrañas de Le Serpent. Un barco de ferrocemento que fue usado como gabarra y acabo su vida útil convirtiéndose en arrecife artificial junto con otros barcos más pequeños de hierro: La rata y la foca. Pueden leerlo y verlo en su site. El viaje merece la pena. Ya que aunque parezca artificial y masificado, no lo es. La eficacia holandesa hasta eso controla.

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