Esta majestuosa abadía gobernada por los monjes trapenses elabora la única cerveza de monasterio en Holanda.
Nada menos que nueve tipos diferentes de elixir elaboran los monjes, que han mejorado manifiestamente su calidad. Algunos son soberbios. Como La Trappe Isid’or, elaborada por primera vez en 2009 para conmemorar los 125 años de existencia de la cervecera.
Aunque les confieso que mi favorita para lo cotidiano es La Trappe blond, una rubia de sabor exquisita que no encontrara en otras botellas.
Para los adictos la abadía bien vale un viaje. A un paso podrá usted visitar tambien Breda y Den Bosch, ciudades que merecen ser pateadas.
Aunque el mejor secreto, que no viene en ninguna guía, es perderse por los bosques y lagos de las tierras de Hilvarenbeek, en el latifundio de Utrecht. (No confundir con la ciudad del mismo nombre). Alli, perdido entre los arboles, en un cobertizo de madera, le hacen los mejores huevos fritos con bacon del mundo mundial.
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