Arribo al puerto de Rotterdam con la ballena colgando. Venían
del otro lado del charco. Dicen que se la encontraron por el camino. Intentaron
por todos los medios sacársela de encima. Que no es cuestión de llegar a puerto
con el culo al aire. Luego la autoridad se encabrona porque la han puesto en movimiento
y pregunta. Pues que no se soltaba la muy muerta. Que muerta estaba. Ya que
mover, las olas y el barco. 15 metros más o menos. Que jodienda. Pues nada, a
puerto con ella y ya veremos la que cae. Dicen ahora que ya estaba muerta cuando se la llevaron por delante. Lo
peor que podían decir. Que la autoridad presume de precisa y vuelve a preguntar
y repregunta.
Yo hoy no les hablo de metáforas. Que luego se me subleva
el derechio, que también me lee. Pero no dirán que a veces en la vida en mejor
no encontrarse con algunas moles, esas que como el capital, matan.
1 comentario:
Hmm
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