El peligro, dicen, se han vuelto los
turistas. Convertidos en jauría que todo devoran. No sé qué decirles. Este fin
de año, cuando anduve por alli, los guiris eran legión. De todo lugar, de toda condición.
No siempre agradables. Hay pueblos que no saben beber.
Sin generalizar. Es una constatación evidente.
Cuando nunca has visto una vaca no sabes de donde viene la leche. Claro que la
pregunta del millón es otra. ¿Si Barcelona es una ciudad cara como se las
arregla el pueblo para viajar? La respuesta se llama pensiones ilegales,
alquileres no declarados, etc. Entonces recuerdas: ¿Barcelona? ¿Pero eso no empezó
como un puerto fenicio?