domingo, 29 de marzo de 2015

Zermatt, llegada



A Zermatt no se llega. Te llevan. En un tren con precisión suiza. La carretera se detiene delante del inmenso garaje cubierto de Tasch.  Es el cuento chino de los pueblos libre de trafico que se han inventado los suizos. Lo comprobara cuando recorra las calles de Zermatt. Donde hay tantos peatones como coches eléctricos. Excepto el camión de la basura y los bomberos, que consumen diesel, el resto se mueve sin ruido para sobresalto del peatón.

Zermatt es una aldea repleta de hoteles de lujo. Apartamentos de lujo. Tiendas de lujo. Restaurantes de mala hambre y precios de lujo. Pizzería para el pueblo. Dos supermercados. Cuatro farmacias… No podrá quejarse de que algo falta. Siempre que su cartera este bien repleta para poder pagarlo.

Fue una aldea entre los Alpes, a los pies del monte Cervino,  donde pastaban las vacas en los prados de verano. Eso lo han abandonado. Hoy vende un paisaje supremo con el Cervino como estrella en la frontera con Italia. Hay que verlo.  Aunque barato, ponga como se ponga, no le saldrá. Le recomiendo el invierno. Con sus cumbres nevadas. Si usted pertenece a la cofradía de los senderistas podrá ir en verano. Al refugio de Monte Rosso, p.e. Aluminio de diseño en medio de la montaña. O subir al Cervino o Matterhorn,; escoja la dominación que mas le plazca. Pero reconozca que todo esto, en invierno, entre la nieve y el frio, da para mas.



sábado, 28 de marzo de 2015

Camino de Suiza


Con el frío entra el gusanillo de pasar mas frío. O eso parece. La tribu se encabrito. Quieren jugar a cabra montesa. Trepar por las laderas de cualquier monte nevado para arriesgarse a partir el alma mientras lo bajan sobre dos maderas. Deporte, dicen. Lo de invierno es pleonasmo. Hace tiempo que no practico. Todo lo mas, de roca en roca; trepando para la foto única que siempre es una mas.

Juntamos los dineros y en acto irresponsable, se definió el destino: Zermatt. Aldea de la Suiza del capital. No la mas cara de Europa, pero casi. Si usted se pregunta como es posible que la gente se gaste los doblones por dormir entre cuatro maderas, pagar un dineral por una milanesa empanada a pie de pista por la que en mi pueblo le piden 4 euros 25, regalar 5 euris por un mal capuchino, etc etc, debería ir. Para encontrar la explicación. Allí, aldea de nada, se paga por el aire y el paisaje. El aire es frio y se supone que menos contaminado que el resto. Supone. El paisaje es único. Uno de los lugares mas hermosos de Europa. Lleno de ricos y pudientes pero todavía no asesinado por la masificación. Reserva de cómo fue Europa.

Claro que antes de llegar a esas tierras deberá usted recorrer otras. Los que vivimos en el norte de Europa tenemos dos opciones: La Alemania siempre en obras, llena de atascos y orden. La Francia caótica y mal encarada donde el pueblo se desplaza por donde puede. Vaya por donde vaya llegara tarde. Inútil encabronar el alma. Tómeselo con calma. En la fila, entre parada y parada contemple el paisaje. No es la foto esa, única, pero de camino, ¿ que mas quiere?



Las calles de Madrid





La Castellana, mentirosa de costumbre y puta de boquilla, se empeño en mostrarme el territorio donde hace la calle. De arriba a mas arriba. Cuesta va y cuesta viene. Siempre trepando. Que si la cabra tira al monte, la vida es trepadura.

Lo recorrimos todo. De día, tarde y mas tarde. Poco había que ver entre el calor bochornoso y la polución asesina. El pueblo se retira en la obscuridad de los cuchitriles para respirar el vaho de los cubalibres de garrafón que es anule lo que jamás tuvieron: cerebro.
Fuera algún empacado intenta cumplir el ultimo target de la empresa. Las eternas madres manifiestan alegría fingida repartiendo biberones. Los lumpen que pasean los Adidas en los territorios esquilmados de caza. Los escolares, división ovillo o mica versión galaica, pierden la juventud sin enterarse. Los anuncios maltratan el paisaje.

Eso es la calle. El anuncio eterno. Madrid presume con razón de anuncios. Unos anuncian el producto del capital. Otros se anuncian ellos mismos. Hasta las mas recatadas se venden en el gran mercado de la calle. Me lo explico una rubia desconocida en una terraza de achicoria. “ Nos vestimos para las otras; ellos mira siempre. Imposible objetar semejante manifiesto contundente.. Es la vida de la puta calle. Con anuncios.





domingo, 15 de marzo de 2015

El arte (no) es para los viejos



Ayer me encontré en una librería de Amberes una postal que el centro  Bozar de Bruselas utiliza en una campaña de propaganda  para atraer a los jóvenes a la cultura, bajo el provocador titulo de “art is (not) for old people” . En una asociación si usted quiere freudiana, aunque le aseguro que sus asociaciones son solo suyas, me vino a la mente la ultima visita que hice al museo del Sr. Thyssen y concubina  en mi reciente excursión madrileña.

La explicación a la asociación es básica. Sin un viejo amante de la pintura hoy nadie podría contemplar estos cuadros en su versión original. Era un visionario de alma vanguardista, joven, en un cuerpo apolillado. Lo de donde obtuvo las plusvalías es conocido. Jamás obtuvo nada. Solo gasto. Aceptablemente, ya que poco gasto en putas y vinos. Mucho en cuadros. La pasta le vino de herencia. El, niño dejado al cuidado de nodriza frisona.


Tuve la oportunidad de ver el museo por primera vez recién inaugurado. Con el lujo malayo de pasearme entre sus cuadros mientras una ninfa proletaria nos llenaba las copas de champan entre bocado y bocadito. Descubrí de golpe que el arte sin doblones no existe, Aquello era y es mantener un museo alquilando  sus salas a empresas que intentan agasar, posiblemente deslumbrar, a sus  clientes.

Me pareció esplendido. Me sigue pareciendo esplendido. Dicen que fue un amaño. Lo fue. De un ministro socialdemócrata listillo que se trajo a Iberia una de los mejores resúmenes de la pintura mundial. A mi el lugar no me emociona. Nada. Pero si sabemos que de no haberlo conseguido hoy esa colección posiblemente no existiría como unidad. En eso radica su valor. Si usted quiere adentrarse en la historia, en la evolución del arte, ponga los pies en palacio.

No solo tienen una colección de bandera. Tienen unos conservadores que han ido montando excelentes exposiciones temporales. De esas que pasan a los anales. Como sobre gustos, ya sabe, no le cuento. Yo me pierdo delante de joyas de pintura flamenca que enseña la fotografía antes de su existencia. Los cuadros de Hopper. Antropología en la pared. La Europa entre guerras resumida en un lienzo…

¿Qué quiere que le diga? Uno de los pocos argumentos serios para visitar Madrid.


Museo de Arte Moderno de Madrid



 El plan era otro. Volver al Prado. El museo  imperial de Madrid. Lo de “de”  sin  pitorreo. Allí están recogidas todas las esencias del imperio hispano.  En lo heroico y en lo miserable.


Una joya. Posee una de las mejores colecciones del mundo. Del tiempo aquel en que los poderosos se retrataban al oleo. Dicen los cínicos que  la verdad es otra. Hispania siempre tuvo mucho pintores ya que para escribir un buen libro hay que tener cultura. Es un insulto miserable; como propaganda mortal.

No llegue. O si llegue, pero me di la media vuelta vista la turba que también pretendía entrar. Ya puestos, pasando de refilón delante  el museo del alemán y su concubina – se lo contare otro día- , baje hacia el museo peor tratado de Iberia: el reina Sofía. Museo de arte moderno. ¿Que contiene? Un continente rojo de poder. Bien construido. Buscando la copulación con un viejo palacio imposible, donde las inmensas salas repletas de arte confunden y marean al visitante. Es lo que lo mata. Necesita que un experto les explique como redistribuir las joyas que contiene en su espacio.

Mientras que busca la colección y las exposiciones temporales le recomiendo que se recree en el edificio. Cuando el cuerpo ya no le de para mas busque, fuera, la excelente librería que tiene. De lo mejor del imperio.

Fui a ver el Guernica. Ese trapo que según algunos le han robado a los vascos. ¡Mentira! Fue pagado piadosamente hasta el ultimo real por la republica española. Don Pablo amaba el dinero y las mujeres por igual. Luego venia, de lejos, la ideología. Sigue igual de bochornosos como siempre. En términos pictóricos. Como arte propaganda es un monumento de lo que se puede hacer con una brocha y un cubo de pintura blanca y otro negra.  La apropiación de la nausea como motor revolucionario

¿Qué mas vi? ¡Venga ya!, no sea vago/a y póngase en camino