domingo, 27 de marzo de 2016

Les Deux Chevres: Dormir a lo ingles disfrazado de buen hacer francés: casas de la ruta del vino.



En este blog tenemos por costumbre no citar donde dormimos, comemos, bebemos, y otros lujos de la buena vida. La razón es obvia. No todos tenemos la misma pasta. Depende de los dias. Los privilegios suelen ser  ajenos. Además, ¿que quiere que le diga? Si voy a un hotel donde la wifi no funciona con presteza alli no necesito estar. Un hotel con mala o, ¡peor! Wifi de pago es como un hotel sin electricidad. He entendido que no todo el mundo lo comparte ya que con un iPhone bien te da para mandar el selfie de Carmencita, que es lo que vale. Hay quien se pirra por un vaso de zumo natural y otros nos quedamos colgados de la calidad de los croissants. No hay que hacerle, somos así.


Claro que de vez en cuando llegas a lugares donde no hay mas que rendirse a la evidencia: aquello es una aproximación a la perfección. Aquello es, otra mas, Les Deux Chevres.

Queda a  desmano para la mayoría de los mortales. Queda en el justo sitio para los etnoturistas como se dice en moderno. Esa legión de tipos y tipas que han hecho de paladear caldos una forma de ir. En un pueblo del centro de Borgoña, donde el mundo cultiva mostos variados, un ingles y su ninfa polaca han montado una preciosidad inglesa.

Sin error. En eso consiste el juego. Alli, en la cuna del patriotismo vinícola francés esa gente lo que ofrece es una perfecta casa de campo en el mejor estilo británico. Sin que se enteren.

Alli dormí. Derrotado del viaje y la química a pierna suelta. Entre el gusto del buen hacer, la admiración por el detalle, la cordialidad del servicio. Para regarme de dieron uno de los mejores desayunos de los últimos años.

Si pasa de largo no los evite. Si lo suyo es el vino hay que ir. Barato no es. Pero alguna vez en la vida, no vaya a ser que te mueras rápido, hay que dormir como los dioses.

Por cierto, que la noche anterior, a dos minutos de paseo, me tome las mejores piernas de cordero del ultimo año por el módico precio de 25 euros vino incluido. Ellos te dicen donde. ¿Qué hace todavía leyéndome?




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