domingo, 19 de enero de 2014

Mochilas


Los que tenemos la perversión de patear los espacios abiertos mostramos cierta querencia por las mochilas. Esos artilugios, se supone que modernos, para transportar equipajes según se preste; manteniendo las manos y - más importante- la dinámica del cuerpo libre.

Hace algún tiempo les conté en estas páginas cual era la mejor mochila que se podía comprar. Al día de hoy la recomendación no cambia. La competencia la ha copiado con placer. En todo menos en el precio. Sigue siendo la de mejor relación precio calidad. La hemos paseado por los cuatro puntos cardinales. Sigue como el primer día.

Curioso fue ver este diciembre en el museo de Saas- Fee otras mochilas. De otros tiempos. Lo que combate la creencia de muchos sobre el invento moderno. La necesidad desarrolla la imaginación. Si hoy pateamos las corredoiras alpinas con bastones, imagine como fue hace tiempo. Los cantaros de leche a la espalda. El hatillo de la leña recogido en el monte. No transportados en la cabeza, que jode el alma y la espalda.

La última foto. Preciosa. La de la mujer que sube al extremo del glaciar para arrancar un buen pedazo de hielo en que los tiempos “avant le frigo”. Por qué los wikipedianos se empeñan en no mentar los usos prácticos de las mochilas es extraño. ¿Es que con la crisis nadie sale ya a ver el mundo?



A veces solo queda emborracharse



La calle nunca fue de ellos. Era nuestra. Aunque fuese corriendo. Jamás nos la sacaron. Todo lo más la ocuparon brevemente. Para marcharse deprisa una vez hechas las fotos.

La derechona y sus perros jamás se sintieron a gusto en los espacios públicos. Donde todo son transparencias por mucho que se disimule. Al final todo se ve. Aunque no se enseñe. Optaban por los pulpitos y ágoras donde por mentir pagan. Por manipular aplauden.

De supeto parece que el mundo de la reaccíon  sale a la calle. La curia se apresta al abordaje. Buscan la confrontación abaneando rosarios. Nos han cogido desprevenidos. Ilusos que pensamos que porque algún día tomamos la Sorbona ya no volverían a cantar las consignas de la opresión.

No es nuevo. Salieron también a las calles en los treinta y pico. Fascistas de herraje que arrastraron a todos aquellos mentecatos faltos de conexiones cerebrales y trabajo. El hambre, ya sabe, lo primero que aplasta es el cerebro. Sin glucosa no se piensa; nada nuevo, vienen en cualquier libro sobre anorexia y/o hambrunas más o menos intencionadas. Ahora vuelven a aparecer.

Mientras los de siempre discuten, tradicionalistas ellos, si debe ser único o unitario. Por eso hoy, entre aquello y lo otro, me voy a olvidar de las enseñanzas  sobre el buen beber del vino del maestro Rabelais y darme al Rectoral de Amandi. Aunque solo sea con la  disculpa de que  Susiño, Suso, volvió a casa. Alguns inda pensan.

domingo, 12 de enero de 2014

La silla de la señorita

 
Para los que crea que la foto en blanco y negro esta sacada de una película, la foto en color. La silla cuelga, nunca mejor dicho, del techo del museo local de Saa-Fee. Una antigua casa suiza donde un grupo de locales intenta mantener la memoria viva de lo que un día fue su aldea. Lo consiguen de sobras. Si va por esos pagos pague los cuatro francos que le piden amablemente por entrar.

Allí, entre fotos de la miseria campesina de otros tiempos, la explotación de los mismos, la lucha por la vida, la llegada de la carretera, el progreso, etc, también le muestran la aparición de la burguesía decadente.

Hoy no me ha dado virulencia marxista. Aclaro. Es lo de siempre. Fíjese en la foto en b/n. Una burguesa de Zúrich, transportada por los machos asalariados por las corredoiras de Saas. Ella tan linda, tan puesta, tan elegante. Con sus gafas de sol. Su sombrero al uso. Dan ganas de comérsela. Ella, nada débil, deslumbra poderío. El de someter a los esclavos de la tierra.

Pues seguimos en lo mismo. Aunque algunas se me tiren a la yugular, la liberación de la mujer es también un problema de clase. Frente a las ninfas que ponen botas y pantalones, reivindicando que ellas también pueden, están las señoras estas que siguen exigiendo la pleitesía del populacho. ¿Quieren nombres? Las cospedalito y cia. Las hay por doquier. Por eso señoras, admitan que hoy este macho, contemplando las alturas, afectado por el aire fresco y estas cosas, les diga que este problema también es de clase. Fíjese lo que se aprende viajando.


Tratado breve sobre las cruces del camino




Hace unos días les he puesto dos hermosas fotos de un cruceiro, llámele usted crucero, con el que me encontré pateando los montes de Saas-Fee . Una joya tallada en madera alpina.

Pateando esos montes me he encontrado muchos mas. Todos iguales, todos distintos. Bien conservados por un pueblo amante de sus tradiciones serias. No confundir con colgados del pasado heroico. Para muestra un botón: Suiza es junto con los tres estados del Benelux el único lugar del mundo civilizados donde hay una regulación seria de la Eutanasia: El respecto máximo a tu propia vida. El resto es ganas de incordian.

Los cruceros, piedras del camino, amilladoiros, calvarios, llámele lo que quiera, son tan viejos como los humanos. Pasaron de ser simples piedras a hacerse monumentos espectaculares. Conservan la esencia primitiva: marcar ese lugar del camino.

Los cruceros suizos son fieles a la tradición sadomasoquista del cristianismo. Fíjese en los instrumentos de tortura con que se adornan. Ahora vea esta foto de lo mismo en granito atlántico que nos ofrece Wikipedia. ¿Qué tal? ¿Lee usted los grises esos de moda del aburrimiento occidental? Ya puestos goce de las imágenes. Artesanía popular a tope, cultura viva de un pueblo, gozar y temer lo ignorado. Etc
 



domingo, 5 de enero de 2014

La mejor cámara para viajar: Revisión 2014


Acabado el año los plumillas recopilan datos. Los mejores libros, las mejores películas, las hembras mas hermosas, los mejores restaurantes, el mejor pelotazo... las mejores cámaras.
Aunque todos están subvencionados y ninguno es neutral, hay cierto consenso en los modelos que se ofrecen como las mejores joyas del 2013. Comprenderá usted que un Renault Clío no es ni parecido a un Land Rover Defender prehistórico. Cada cosa para lo que sirve. Para muestra le pongo alguna  opción en hispano imperial. Todos sabemos que posiblemente el mejor aparato que se vende por ahí es la Sony RX 1. ¿Precio?  2799 eurís. ¿Hablamos de otra cosa?

Antes de la platica alguna aclaración esencial. ¿Cómo debe ser una cámara para viajar? En otro post lo he definido así: “Una cámara de fotos para viajar es un instrumento para llevar en el bolsillo a todos los sitios. Discreta. Que no llame la atención. De uso fácil. Todo terreno con cualquier tipo de luz. Óptica buena. Imágenes perfectas” ¡Pide por esa boquita hermano! La novena maravilla de occidente y parte del resto conocido.

Les aclaro: Es obvio: Yo no tengo nada contra las maquinas réflex. Tengo una preciosa Nikon. Tampoco contra los objetivos cañón. Tengo unos cuantos para la misma. Adquiridos de barato en USA. El 300 perfecto para fotografiar los cormoranes en los destinos salvajes. El tele de 200 para fotografiar el paisaje aquel del trigal eterno. Etc. Pero con eso no se viaja. Estas joyas se trasladan de lugar a lugar. Viajar es otra cosa. Para viajar hay que disponer de un aparato que haga esas fotos en la calle. La fotografía de viaje no es otra cosa que la fotografía de la calle. Entendida esta en el amplio concepto del termino. De la rua Real de su pueblo a las corredoiras de Mandiá. De la iglesia inclinada aquella a las playas de su destino. Esos lugares donde usted debe buscar el momento único para hacer la foto "del siglo". El resto son zarandajas.


Las réflex son un producto “pasado” por mucho que la industria las siga vendiendo. Les explico: Se lanzaron en el comienzo de la época digital cuando técnicamente no eran necesarias. Su diseño está basado en el espejo, una técnica necesaria en la época de las películas químicas pero no con el soporte digital. En los primeros tiempos de la fotografía digital las grandes empresas construyeron  las cámaras lo  más parecida a las tradicionales. Era una tactica comercial: evitar que la distinción entre una y otra fuera muy grande. Un problema también cultural de la dominación –conservadora- japonesa en este terreno. El resultado es que se frenó el desarrollo digital donde más importante era: la relación objetivo y  sensor. Hoy arrastramos innecesariamente kilos a la espalda por la gloria de sus ingresos. ¡Amen!
Los modernos, los hipster, las adolescentes enamoradas y los sesudos todo en imagen, se atreven a decir que su teléfono ultima generación es suficientes ¿A quien quiere engañar? Hay aparatos con objetivos regulares incorporados. Aceptables para hacer una foto al paso. Puede substituir una cámara de 100 euros. Pero, perdonen el adjetivo, eso no son fotos: son postales.

Tras el discurso anterior volvemos a la concreto. Antes tendrá que hacer una elección fundamental: ¿Quiere una cámara de lente fija o una cámara con objetivos intercambiables? Es una elección con sus pros y contras. Las cámaras de objetivo fijo son las joyas de la fotografía. Plasman la realidad como debe ser. Son todo terreno. A los que echan de menos el fácil teleobjetivo les diría que el mejor tele son sus piernas; pero eso es ideología. Como compensación les ofrecen unos objetivos brillantes que hacen fotos casi sin luz. Algo esencial en la fotografía de viajes. Ahí, en la calle, no hay flas que valga. No se trata solo de que fotografiar de viaje exige ser un fotógrafo discreto. Es, simplemente, que uso del flas exige mucha paciencia y sapiencia; y no les hablo solo de los ojos rojos.

Para el pueblo medio hay dos opciones Fuji o Panasonic. El resto es propaganda o lujo malayo e innecesario. Fuji le ofrece una cámara muy buena, la Fuji 100s, por un pastón. 1200 euros. La cámara lo tiene todo. El precio también. La alternativa barata, la Fuji X20, 500 euros,  está superada por la competencia.


La Panasonic LX-7 es hasta el día de hoy la mejor cámara para viajar por un precio que no supera los 400 euros. En el norte de Europa ya está por unos 350. En realidad es una Leica. Si, Leica disfrazada, que ofrece una calidad superior a cualquier cosa por un precio al alcance de los viajeros. Tiene un excelente chip, con un excelente objetivo de una luminosidad excepcional, que permite hacer excelente fotos incluso con poca luz. Hasta ahora nadie la ha mejorado.
La ultima joya es también de Panasonic, una GM 1 para los incurables que sigan empeñándose en llevar objetivos intercambiables. Cabe en la palma de la mano. Una cámara pequeña, manejable, de objetivos intercambiables de excelente calidad. Lea lo que dicen los expertos. Con otro precio, claro: Unos 700 euros el kit básico

Resumiendo, si usted hoy sale a la carretera o al océano, lleve una Panasonic LX7, lo útil y barato. Si la plata le sobra, tire la moneda al aire: Fuji X100S. Si usted es de los neo pudientes – envidia cochina dirá usted ¡capitalista aburrido!-, déjese de caralladas y salga al mundo con una Fujifilm X  Pro 1 en el bolsillo. Otra historia, para viajar por 2000 euros.


!Ah! ninguna de las dos marcas me paga por el aviso. Este blog no esta subvencionado.

miércoles, 1 de enero de 2014

¡No me ponga mala cara!









 
Saliendo de Saas-Fee en dirección a Hohnegg, ya en las afueras del pueblo, te encuentras con la Suiza profunda. El camino nevado es difícil pero merece la pena. Allí están situadas unas cuantas granjas que viven de las vacas. En la zona más soleada del pueblo.

En uno de los muchos hórreos que jalonan el camino nos encontramos con una hermosa exposición gratuita de artesanía: Una colección de caras o mascaras talladas aprovechando la forma original de la madera.

Las tallas de máscaras de madera suelen asociarse a arte primitivo. A veces lo fue. Los que así lo ven olvidad que también fue el comienzo de toda la imaginería europea. Asi empezó. En las manos de un campesino. A la luz del candil en las largas noches de invierno. Sin romanticismos. Que en las cortas, de verano, el público se dedicaba y dedica a otros asuetos.

Siempre tuvieron una función definida. Con juego o seriedad servían para asustar y protegerse. Mal vistas por los cuervos portacasullas las combatieron a muerte. Estas siguen protegiendo las vacas de un campesino suizo que se empeña en decorar sus posesiones con su arte. No vende. Que eso, el capital, también en Suiza, da mal de ojo


¿Copiamos o inventamos lo mismo?

 

 

Los días de fin de año, para los que ya nos emborrachamos, dan de mucho. Normalmente toca mar. Hoy toco temporal. Ni ganas meterse en la carretera dando tumbos entre bebidos y ventarrones.

Nos dedicamos a la masturbación mental, que también es placentera. Contemplando las fotos de la reciente excursión a Suiza. Allí nos encontramos con unos hórreos que ellos llaman speicher o raccard. De base cuadrada se semejan más en su forma al modelo cántabroastur que al galaicoportugués. No en su función que es exactamente la misma.

La pregunta del día es cómo es posible que “los pies”, las patas, sobre las que se sustentan estos graneros sea en todos los países exactamente igual. Para los optimistas, algún día un viajero llevo la idea de unas tierras a otras. Los raccards de Saas-Fee son de 1800, pero se mantiene la teoría de que su origen es más antiguo; lo que argumenta la tesis del viajero que pateaba el camino a Compostela como la idea. ¿No me dirá que no es una idea romántica para un buen fin de año con o sin resaca?

La opción contraria llama a poner los pies en la tierra explicando que hórreos iguales los hay en Escandinavia, Japón, Serbia, Polonia, Persia y el África subsahariana… Demasiado peregrino. ¿No? Jodido va el debate ya que los pies de todos estos hórreos no se parecen en nada al modelo euroatlántico

Los más optimistas se tiran por los celtas, que valen para todo. Pero aquí somos serios los borramos del debate ya que quien no existe nada puede construir. Decir celtas es no decir nada. Un cajón de sastre que se aplica a distintos pueblos de distinta procedencia que se supone que existieron en determinadas épocas en algunos territorios europeos. Si insisten en ese romanticismo les de mento los suevos, que si sabemos dónde y cómo han estado

¿Cómo va el combate? La fracción Marvin Harris, leídos ellos, mantienen que para las mismas funciones y bajo las mismas condiciones pueblos distintos elaboran artefactos similares. Al fin y al cabo los hórreos euroatlánticos son productos de vaqueiros y campesinos recolectores  de primero mijo y luego maíz.

La discusión sube y las botellas bajan. La duda sigue. ¿Inventamos o copiamos?