miércoles, 31 de agosto de 2011

Viajar a los paraísos de la moda


Cada día hay más gente que vive del viajar. De la ilusión de viajar. Usted debe por obligación ir cuanto más lejos mejor. A sitios que dicen hermosos. Aunque solo sean los quince metros cuadrados del decorado que todavía se conserva para la foto. Y si no puede, que ir hoy en día cuesta un pastón, no importa. La industria del trajeado le facilita la fantasía. ¿Que le parece esta camiseta que me han regalado comprada en Galiza ceive y lluviosa? El paraíso oiga, de las Seychelles de plástico donde jamás estuve. ¿La foto? , por si lo duda: del barco de mis sueños que jamás tendré. Bueno, pues nada, que puestos a confabular ya hemos eyaculado de deseo. ¿Saben ustedes donde quedan las Seychelles? Pues ahora que están en línea miren en Wikipedia y no se olviden que detrás del decorado más que barcos hay arena y miserias como en todas partes.


lunes, 29 de agosto de 2011

Muertos de hambre


Andando por una calle de Ferrol en busca de una librería con libros, lo encontramos. Lo de la librería con libros no es una redundancia. Cada día hay más librerías vacías. O llenas de polvo, que viene a ser lo mismo. Lo de Ferrol es para explicarlo. Uno de los mejores territorios de la península en cuestión de playas. Perdonen ustedes que no les cuente, no vaya a ser que nos lean y nos jodan uno de los últimos paraísos de occidente.
Lo del cartel es de miserables. La miseria que soportan. Buscan clientes. Deme algo. Cuando los taberneros suplican mal va el país.
¿Perciben el drama? Ya no se anuncia el aquí damos comidas maravillosas, tapas barato, vinos de la tierra, mojitos de verdad, cubatas de garrafón…solo anuncian la súplica del pobre: tenga caridad, deme algo. Nietzsche habría recomendado la clausura inmediata del antro. Nadie tiene derecho a la caridad – ¿o era sumisión?- cristiana. Lo curioso es que el bar estaba lleno. A las 11 de la mañana. Todos dándose al vino. Pasamos de largo. Dar si, recibiendo nada, no

domingo, 28 de agosto de 2011

La búsqueda del paraíso


He bajado a la patria. La infancia. El lugar de las fotos hermosas. La última frontera de la Europa atlántica. El comienzo del mundo. La esquina donde todos desaguan…
El año pasado por estas épocas prometí no volver a hacerlo. Allí no había nada que buscar. Habían enloquecido completamente aquellos boina portantes.
Rompí la promesa. Sera la atracción por la patria. O la infancia. O el territorio primario ya que hace años que ha dejado de ser básico, cotidiano. No debí de hacerlo ya que además de mojar los pinreles, comer a conciencia, beber lo que se puede, contemplar el océano, las ninfas del océano, leer 21 libros, y aguantar a la prole, mas no había. O si había lo he olvidado. Los cabreos que uno se coge leyendo las imbecilidades que hacen las tribus de los preas. No les voy a hablar de 33 porteros para 3 puertas, ni de bomberos que jamás usaron una manguera, 1400, ni centros comerciales para diez millones en el país de los dos y medio…no, eso no es importante. Importante es, oiga, que se han vuelto creyentes. De repente creen todos en el becerro de oro. No hombre, al tipo ese de Roma que jalearon en los mandriles en mis tierras ni puto caso. Me refiero a la idea fija de que en las próximas elecciones, votando al mudo nadie sabe lo que piensa, nos vamos a volver pudientes. Se acabaron los problemas. El mudo y su banda, repite la idea que ha calado. Volveremos a ser lo que nunca fuimos, ricos. Es maravilloso.
Hay más maravillas de conversiones. Ahora descubren, ahora, que las diputaciones solo sirven para cobrar, que tres aeropuertos, cuatro universidades, diez periódicos, ningún tren… es demasiado. ¿Y de quien es la culpa? No de ellos que lo pidieron como locos, si no del imbécil que agotado de poner pegas dijo si.
Vamos, que para volver debo antes de convertirme en turista, no leer periódicos ni ver televisiones, disfrutar del paisaje y, a mejores, hablar cualquier idioma foráneo. No, no crea que no voy entrenando. De momento ya he renunciado a renovar el d.n.i. Otra: puedes pedir cita. Para estar en la cola todo un día. ¡País de preas! La foto eso sí, preciosa ¿no?

sábado, 27 de agosto de 2011

Verano otoñal








Retomamos el discurso vueltos del paseo veraniego. Lo último, lo del verano, lo digo con optimismo. ¿Usted ha tenido un buen verano? En las tierras donde duermo clama el pueblo misericordia o venganza, según de que lado vengan, de los dioses. Llovió, ventorreneo, y demás miserias, como nunca se había visto. Han llenado los hospitales de depresivos y desahuciados. (Lo último, originado por la familia desesperada que no soporta la demencia e inundación al mismo tiempo, y deja al viejo al cuidado de la luna mientras marcha hacia las islas Canarias).
Pues nada, que no se crea usted que los que bajamos al sur hemos disfrutado del calor tropical. Hemos sido menos maltratados. No más.
Aquí les dejo el espectáculo que las nubes formaron cuando intentábamos abandonar el puerto de La Rochelle rumbo a casa. La amenaza y los relámpagos en la lejanía decían que es una temeridad. Nos tiramos a la boca del lobo. ¡Suicidas! Ayudados por el viento en popa ganamos la partida. Arribamos antes que el agua que diluvio luego. Si no están locos no lo repitan. Alargar las vacaciones es también otra alternativa