jueves, 24 de marzo de 2016

Recorriendo bodegas en la Borgoña (o donde usted quiera)


Esta de moda. Mas de moda. Dicen que los ayudo la película que se montaron los yanquis como culto moderno sobre la religión del vino. Visto la adhesión publica ha sido un gran éxito. Enoturismo le llaman. ¡La caja suena!


No es mi mundo. Buscaba un lugar bien donde dormir camino de la Provenza y me encontré un pueblo francés en la campiña francés, en el sur de Dijon, con excelentes hoteles, casas, B & B…. ¿Que hacían alli?

Era uno de los pueblos del vino. Kilómetros de viñedos, chateaus, dominios, cooperativas, productores, restaurantes, lugares de degustación, mas casonas y hoteles…parejas ya entradas en años que combaten el aburrimiento con la disquisición filosófica sobre el carácter de ese Chardoney.

Bienvenido al mito de los vinos de la Borgoña. Si le digo lo que pienso me apedrea. Pero es lo que hay. Chardoney no es vino. Lo fue pero lo mataron los franceses después de la segunda guerra mundial intentando relanzar la producción. Con tanto abono asesino. Lo del Pinot Noir es mas complejo. Se ha reducido a mosto. El resto es simbólico. Se lo explican aquí si quiere.

Pero no le negare que darse el gustazo de ir probando distintos caldos en lugares bien cuidados, con antigua exquisitez burguesa, tiene aquello. Cuando le entre el sopor tendrá una cama a mano y siempre será rodeado de tipos y tipas que igual que usted disfrutan de lo mismo: probar, mas que beber.



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