domingo, 15 de marzo de 2015

Museo de Arte Moderno de Madrid



 El plan era otro. Volver al Prado. El museo  imperial de Madrid. Lo de “de”  sin  pitorreo. Allí están recogidas todas las esencias del imperio hispano.  En lo heroico y en lo miserable.


Una joya. Posee una de las mejores colecciones del mundo. Del tiempo aquel en que los poderosos se retrataban al oleo. Dicen los cínicos que  la verdad es otra. Hispania siempre tuvo mucho pintores ya que para escribir un buen libro hay que tener cultura. Es un insulto miserable; como propaganda mortal.

No llegue. O si llegue, pero me di la media vuelta vista la turba que también pretendía entrar. Ya puestos, pasando de refilón delante  el museo del alemán y su concubina – se lo contare otro día- , baje hacia el museo peor tratado de Iberia: el reina Sofía. Museo de arte moderno. ¿Que contiene? Un continente rojo de poder. Bien construido. Buscando la copulación con un viejo palacio imposible, donde las inmensas salas repletas de arte confunden y marean al visitante. Es lo que lo mata. Necesita que un experto les explique como redistribuir las joyas que contiene en su espacio.

Mientras que busca la colección y las exposiciones temporales le recomiendo que se recree en el edificio. Cuando el cuerpo ya no le de para mas busque, fuera, la excelente librería que tiene. De lo mejor del imperio.

Fui a ver el Guernica. Ese trapo que según algunos le han robado a los vascos. ¡Mentira! Fue pagado piadosamente hasta el ultimo real por la republica española. Don Pablo amaba el dinero y las mujeres por igual. Luego venia, de lejos, la ideología. Sigue igual de bochornosos como siempre. En términos pictóricos. Como arte propaganda es un monumento de lo que se puede hacer con una brocha y un cubo de pintura blanca y otro negra.  La apropiación de la nausea como motor revolucionario

¿Qué mas vi? ¡Venga ya!, no sea vago/a y póngase en camino




No hay comentarios: