Los primeros delfines despues de la desfeita del Prestige se acercaron a la playa de Doninhos y el pueblo aplaudio. Despues de tanto chapapote era la señal de que el oceano se estaba limpiando.
Mas tarde pudimos volver a verlos en la ria de Ares detras de los barcos de sardinas. Nos extasiamos mirando. Frente al porto de Bueu volvimos a navegar entre ellos. Saludar y sentir que el Drascombe se mueve por el oceano como lo que es: un barco mareiro.
El atun casi no hay, los golfiños pocos quedan. Ballenas casi no vemos. El mar oceano que era de todos se convirtio en el mar de no queda. Pero seguimos pescando. Cobrar pieza es como botar un bon polvo. Vamos, que todo se reduce a lo de siempre: sexo y poder
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