jueves, 25 de diciembre de 2008

La mejor plaza de Barcelona


Volví a Barcelona. Vuelvo demasiado. Es siempre lo mismo. Cada metro que recorres descubres que ha vuelto a cambiar.
Lo que no cambia es la mejor plaza que hay. La de El Rey. El, con mayúscula. Rey deberían de escribirlo con i latina. De imbécil. Pero mejor es no meterse con los otros, mas imbéciles, que todavía no se han enterado que en los países civilizados y democráticos el pensamiento no tiene fronteras y el respecto a la opinión del prójimo tampoco. Pero para eso no voy a Barcelona, que aunque les pese, queda en territorio de democracia bananera.
A la plaza, si. Allí, de mañana, sin nadie, te sientas a tomar un café en la única terraza que hay, esperas a que llegue el guitarrista que día si y otro también te deleita el oído y el espíritu, te lees lo que más te guste, contemplas el cielo o los turistas que pasan, le escribes cartas a la novia/o, mintiéndole que la/o echas mucho de menos, dejas pasar el tiempo, otro café, ya van cinco, dame una cerveza, ya sé porque volví a Barcelona.

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