lunes, 15 de diciembre de 2008

Los costes de viajar


Las ventajas del euro es que ya no hay que cambiar de papel cada vez que se cruza una frontera. O tener en casa una colección de monederos si tienes la suerte de vivir a caballo de varias provincias europeas como yo.
Algunos provincianos siguen pensando en pesetas, francos, o liras. Siempre al sur. En los territorios pudientes ya no se lleva. Por algo será.
Los que se quejan de la subida de preciosos desde el euro, tienen razón, pero mienten. ¿Quien subió el precio? ¿El euro o el atracador del bar de la esquina que redondeo precios? Si hombre, ese cuatrero al que usted saluda todos los días y le paga el café achicoriado a precio de percebe de Cedeira. ¿Quién sigue visitando Alcampo y demás hermanos? Usted.
Y yo.
Si se va de excursión a Paris, no se asombre de que por un mal café le cobren en cualquier terraza doce euros. En O Gaiterio de Ares, le da para seis cafés. En el Anvers de Tilburg, cinco. En Berlín, seis…. Pero no se olvide, cobran lo que usted está dispuesto a pagar.

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