viernes, 15 de mayo de 2009
Murano
Hasta los horteras de mi pueblo saben de qué va. Esos cristales de colores que te venden en cualquier lugar, hoy en día mayormente hechos en China. En otros tiempo hacían cristalerías de postín. Esas en las que un rioja mediocre sabe a bueno. Hoy se quedan en copas historiadas a 180 euros la pieza, para apalancar en el aparador y dar envidia a las visitas en domingo.
Nosotros también cumplimos el rito de ir a Murano. Isla convertida en multitiendas de dudosa calidad, si exceptúan al Moretti moderno y algún que otro más que expone piezas clásicas a precios de ni me acuerdo.
Lo único divertido fue ver soplar vidrio a precio de dos euros por persona ya que eso, hacer viento, tampoco es gratis. Si es por el cristal quédese en casa y ahórrese el viaje. Allí no hay nada que ver que merezca el precio.
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