miércoles, 23 de septiembre de 2009
No vuelva a los paraísos
Están caducados. Todos. Aquellos lugares que en otro tiempo le emocionaron, deben ser evitados como la peste. A no ser que usted sea practicante del SM.
Yo, que últimamente leo mas blogs que clásicos, debí de hacerle caso a los dioses que a cada minuto me tentaban con sabores diversos para no acercarme a la duna de Pyla. Peque. Tumbado a la bartola con un buen Cariñena me arrepiento.
Miren la foto. De espanto.
Llegue allí por primera vez hace 21 anos. No había nadie. No había ni tan siquiera un lugar adecuado para aparcar la furgoneta. Una pista sin indicar te acercaba a la duna inmensa, la más alta de Europa. Subías como podías. Arriba, falto de aire, te regalaban los dioses la contemplación del océano. Tirado en la arena te dejabas llevar mientras ella cada vez más adentro lo estás haciendo muy bien. O viceversa.
Hoy es una feria. Aparcamiento inmenso para acrecentar las arcas del ayuntamiento. Chorizos robando lo que pueden . Caravanas de domingueros con barbacoa. Chiringuitos vendiendo pobreza. Duna que se muere. La miseria de las masas.
Menos mal que nos queda el Mar Oceano
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