lunes, 12 de octubre de 2009

Mares de Compostela


El mar de Compostela son muchos. Los que pateamos sus ruas cuando no había calles, sabemos que el mar de Compostela está lejos, en Vilagarcia de Arousa. Donde llegábamos en el tren que nos llevaba a la Praia Compostela en tres horas y lo que demande, a falta de algo mejor. Era asquerosa pero había mar. Sin Olas.
Cuando llego el Seat 600 arriesgábamos la vida en las curvas para llegar a Noia medieval. Donde aprendimos el valor de las Vilas, el poder de los gremios, la belleza del cuero curtido… pero allí tampoco había olas.
Muros, era, pero queda tan lejos como Cuba.
Nos trasladamos a Porto Son, sin do, al Castro de Baroña, donde había de todos: celtas, ninfas de Vigo, arena fina, olas de mención. Tomamos la playa y la convertimos en lugar de Compostela.
Hoy, donde llegar al mar incluso en Galiza ya no tiene truco, buscamos el mar entre los muros de granito compostelano y percibimos que debajo del aguacero que nos cae que seguimos donde estábamos: buscando as ondas do mar, meu amor, meu amigo.

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