La huelga

Este es un post reaccionario. Profundamente reaccionario. Es la reacción cabreada a la sarta de demagogias, mentiras, medias verdades, y folklorismo de la santa iglesia de la izquierda que estos días se derrama por la red. Es también una llamada al uso de la inteligencia, progreso.

Evítese la clasificación fácil. Sigo perteneciendo al grupo en extinción de los que todavía leemos y releemos los escritos del joven Marx en edición barata de Alianza Editorial. Sigo también perteneciendo a la cofradía de la lógica racionalista. De los que aprendimos que dos más dos son cuatro y no cincuenta y dos.

Esa cosa que llaman España puede tener un gobierno mediocre, apoquinado, cutre, acojonado, vendido, etc. Pero la caja, señores y señoras, esta vacía. Me ahorrare la demagogia cierta de mentarles que en los años de la burbuja, cuando los mangantes mangaban más que ahora, nadie gritaba así no y todos disfrutaban del espolio –¿o era el progreso?- Pero si tendrán que leer lo que en Europa se cuenta de ustedes, insulto comedores de ajo aparte.

¿Cuántos celadores cuidan de las tres puertas de la Deputacion –así se escribe en gallego- de Ourense? Sera metáfora. Es realidad. Tienen ustedes una de las mayores concentraciones de funcionarios de Europa. Gente que no se sabe lo que hacen. Pero que no el Estado, tampoco Hacienda, si no los contribuyentes, pagan.
Sobre los sueldos de estos maravillosos funcionarios, militantes del vuelva usted el año próximo, seré breve: cobran lo que no valen, lo que no producen, no son rentables.

Tienen ustedes una de las tasas de productividad mas bajas de Europa. ¿Sera el calor? Viven ustedes por encima de sus posibilidades. Sus autovías y Aves se las financiamos los norteeuropeos. Sus depuradoras también. Los puertos deportivos y la destrucción de la costa, un ejemplo, es por cuenta de ustedes. Imponer racionalidad al despilfarro es obligado.

Pretender que las pensiones no se toquen, cuando en el resto de Europa también bajan, es un sueño alcoholizado. Hay una realidad que no viene marcada por la crisis pero que si la agudiza: la población cada vez vive mas años sin que aumente el número de asalariados en la misma proporción: cada vez más viejos, cada vez menos contribuyentes. Para agudizar el problema, por la propia historia del país, de la que todos somos responsables, tenemos generaciones que no han cotizado lo suficiente para que se les pague lo que hoy reciben; hay que sacarlo de otro lado. ¿De dónde?

Volvemos al principio: No hay una solo propuesta de los sindicatos que expliquen cómo se puede mantener el sistema en funcionamiento sin cambiarlo. ¿Por qué no me van a contar ustedes que se creen eso de aumentarle los impuestos a los ricos y multinacionales? Con el mismo esfuerzo que me bebo un Amandi se decide en Paris el traslado de la Citroën a Katamanga. ¿O eso es de lo que se trata, cerrar la fábrica para aumentar las contradicciones del pueblo y seguir masturbándonos con la toma del palacio de invierno?

Así, mientras que la propuesta no llega, tendremos que, refunfuñando, aceptar que de momento ZP y su banda, en la que no milito y que jamás votare, ha conseguido que el país no entrara en bancarrota.
O tírese a la bartola soñando que todavía es rico. El golpe será inmenso.