lunes, 2 de mayo de 2011
La ideología del lenguaje
Ahora que han asesinado al Bin leches, les cuento. Les cuento después de mentarles que uno no ha aprendido ingles en la escuela de feijoito colonizado. Uno habla todos los días distintos idiomas entremezclados no por diversión si no por necesidad. Así es la vida en los países donde la diversidad se tiene por riqueza y no por incordie.
Cuento: en holandés, por ejemplo, no se dice que lo pasamos pipa, ni de cojones. Si lo pasaste bien, tuviste un momento “poderoso”, machtig! El destino, por minutos, en tus manos. No es una anécdota. Es una expresión de un concepto que proviene de la reforma. El hombre - o señora- libre es el/la que decide por sí mismo/a. Para eso aprendieron a leer y mucho antes que los sureños, que la biblia es libro gordo. Los que leen piensan, etc.
Los franchutes reafirman con un “bien sur”, fíate de mí que te lo cuento. Narcisismo educado frente a la paranoia del españolito del “que te lo digo yo”. Una cuestión de acento. Una cuestión de sociabilidad. Una cuestión de reivindicar la fraternite frente al individualismo.
Complíquelo más. Esto que ve en la foto no es una cuerda. Es una amarra. Excelentemente arreglada en perfecto orden marinero. Con ella podrían haber colgado al Bin leches ese. Después de haberlo juzgado por crimenes contra la humanidad. Como corresponde en un estado democrático. Pero en la moral de guerra solo hay espacio para el tiro en la nuca. ¿Fue venganza, justicia, asesinato de estado,…? Fixemos o que podemos… Eso, póngale ideología a su lenguaje.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario