martes, 12 de julio de 2011

Hasta la noche nos han robado


Andaba yo durmiendo cuando la vejiga solicito vaciarse. El volumen de cerveza y la edad ya no permiten virguerías. Saliendo del saco me encontré con la luz del día. Casi. A las cuatro de la mañana. Aquí tienen la foto. Ya no tenemos la negritud de la noche. Con su perdida hemos olvidado los relatos de terror, la santa compaña, los cuentos freudianos necesarios para aprender a dominar la angustia vital. También hemos jodido la literatura universal. ¡Apaguen esas bombillas energúmenos! Son para un cesto. En el resplandor de la noche nos sentimos más seguros. ¿Lo conocen?: – Oiga, ¿que está buscando ahí? – Las llaves, que me han caído – ¿Le han caído aquí? – No, allí en la esquina, pero la luz esta aquí

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